Cardenal McCarrick testifica ante el Senado sobre la reforma integral del sistema inmigratorio en nombre de los obispos

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WASHINGTON—El Cardenal Theodore McCarrick, arzobispo emérito de Washington, testificó hoy ante el Subcomité para Inmigración, Refugiados y Seguridad Fronteriza del Senado sobre la reforma integral del sistema inmigratorio estadounidense. El Subcomité invitó a las comunidades de fe a ofrecer sus perspectivas sobre la reforma de inmigración.

“Nuestra nación requiere un sistema de inmigración que case la inmigración legal con nuestras necesidades económicas a largo plazo, el principio de la unidad familiar y los derechos humanos fundamentales. Esto ayudará a restaurar el imperio de la ley en nuestro sistema inmigratorio. El sistema actual no logra ninguno de esos objetivos”, afirmó el Cardenal McCarrick.

El cardenal también expresó preocupación por la forma en la que la ley, actualmente, se aplica a la inmigración. “En verdad, la postura de la Iglesia a favor de la reforma busca restaurar el imperio de la ley y proporcionar orden y legalidad a un sistema de otro modo caótico”, dijo el Cardenal McCarrick, asesor del Comité de Obispos sobre Inmigración.

El cardenal enumeró los elementos centrales que, en opinión de los obispos, deberían ser abordados en cualquier reforma de las leyes que regulan la inmigración:

Sacar a la población indocumentada de las sombras y darles la oportunidad de que, con el tiempo, puedan obtener la residencia permanente y la ciudadanía.

Proteger la unidad familiar mediante el fortalecimiento de la inmigración basada en los lazos familiares.

Crear avenidas legales para la inmigración, para que los trabajadores inmigrantes que trabajan en muchas industrias importantes en nuestra nación puedan entrar al país de forma legal, segura y ordenada.

Restaurar el derecho de los inmigrantes a defender su caso ante una corte legal, mediante la restauración de las protecciones legales que fueron eliminadas en la legislación de 1996.

Trabajar con los países vecinos y la comunidad internacional para abordar las causas que originan la emigración, para que los inmigrantes y sus familias puedan permanecer, ultimadamente, en sus países de origen y sostener a sus familias con dignidad.

Aunque reconoció que la inmigración tiene aspectos económicos, sociales y legales que deben ser abordados en cualquier reforma legislativa, el Cardenal McCarrick afirmó que, desde la perspectiva de la enseñanza social Católica, la inmigración es un tema fundamentalmente humanitario.

“Desde nuestro punto de vista, nuestras leyes de inmigración deben ser juzgadas por la manera en la cual afectan a la dignidad fundamental y los derechos humanos otorgados por Dios a cada persona”, dijo el Cardenal McCarrick.

El cardenal también instó a los senadores a mantener el civismo en el debate y a evitar caer en la trampa de la “descalificación y deshumanización de nuestros hermanos y hermanas” ni tampoco convertirlos en “chivos expiatorios por problemas económicos y sociales a los que nos enfrentamos y que nada tienen que ver con ellos”.

El Cardenal McCarrick afirmó que la Iglesia Católica está lista para ayudar a los legisladores en su esfuerzo por “guiar a la nación hacia un sistema de inmigración justo y humano que restaure el imperio de la ley y respete la dignidad inherente en cada persona humana”.