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Cascareando: La misma estrella pero en otro firmamento

Cuando los sueños son más que perfectos y nos hacen escapar de realidades triviales para sumergirnos en la maravillosa odisea de lo que parece imposible, quisiéramos que fueran eternos. No obstante, de pronto otros buscan en esa misma estrella la luz que los haga suspirar con los ojos cerrados.

Toda esta poética que pareciera sacada de algún libro de Borges, es el sentir de muchos madridistas en este justo momento y es que Cristiano Ronaldo, el perfecto héroe de sus últimas gestas históricas de ensueño, fichó sorpresivamente con la Juventus de Turín.

Esta noticia convulsionó al universo del futbol, tan es así que pasaron desapercibidas las semifinales de Rusia 2018; porque nadie se imaginaba que toda aquella magia con la que el astro portugués maravillaba a propios y extraños en la Liga de España, cambiaría de firmamento para tratar de asombrar desde la próxima temporada a los tifosi italianos.

Ronaldo no sólo es virtud sobre la cancha de juego y carisma ante la cámara mediática; Cristiano es, sobre todo efectividad. No por nada es el máximo goleador de los Merengues con 451 tantos en 438 partidos. Además, consiguió con el Madrid dos Ligas de España, cuatro Champions League, dos Copas del Rey, tres Mundiales de Clubes, tres Supercopas de Europa y dos Supercopas de España.

Muchos lo comparan con Messi, pero esa necedad es como comparar a la luna con el sol; y es que ambos son necesarios para que el universo del futbol ruede en total armonía. Ahora que Ronaldo jugará en Italia, el astro argentino tendrá un sueño más que cumplir: llevar a su Barcelona a enfrentar a la Vecchia Signora del Calcio en una final de Champions League para definir de una vez por todas y en el partido más importante de este deporte, quién es el mejor de nuestra época (y quizás de todos los tiempos). ¿A poco no es bello soñar?

Desempance

Y el desempance es para la final inédita del Mundial de Rusia 2018 entre Francia y Croacia. A estas alturas de la justa nadie imaginaba que este par de alegres compadres serían quienes cerrarían con broche de oro la fiesta deportiva más grande del planeta. Si bien los galos ya han sido campeones del orbe, no se puede demeritar el gran espíritu combativo de los croatas que los llevó al último suspiro del Mundial. En esta batalla final no están Ronaldo, Messi, Neymar o Muller, pero sí veintidós guerreros que buscarán la gloria y escribir sus nombres con letras de oro. ¡Felicidades al nuevo campeón!

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