“Colón está triste”

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Anadarko en Oklahoma ha votado sustituir el “Día de Colón” por el “Día de la gente indígena”. El grupo nativo americano local presionó porque “era un insulto honrar al genocida imperialista Colón cuando debía honrarse al nativo americano”.

Colón no se acercó ni de lejos, a Oklahoma, así que, el grupo reivindicativo debería buscar en los libros quiénes exterminaron a sus antepasados, y reivindicarles a ellos en lugar de “quitarnos” a todos los hispanos un día para celebrar nuestra cultura, nuestro idioma y lo mucho que nos une. De hecho, lo que en Estados Unidos se llama “Día de Colón”, en muchos países hispanohablantes se llama “Día de la Hispanidad” y en España es el “Día de la Fiesta Nacional”, además de la festividad de la Virgen del Pilar, aunque como a algunos tampoco ésto les parecía bien, la Virgen del Pilar está siendo silenciada últimamente por los disconformes, que por cierto, tampoco están contentos con ser españoles… excepto a la hora de reclamar dinero del erario público, aportado por todos –ahí sí– los españoles. En fin, que en España, lejos de lo que se pueda pensar en otros lugares, no celebramos el poder de nadie sobre nadie, celebramos que todos los hispanos somos uno, respetándonos nuestras singularidades y sobre todo, celebramos que gracias a la tozudez de Colón y al dinero de la Corona de Castilla, se demostró que el mundo no era plano como hasta entonces se afirmaba, y que, el mundo con América a bordo es un mundo mucho máqs bonito y más completo. A buen seguro Colón, desearía que al menos se le reconociese haber sido visionario. No creo que donde quiera que ande esté muy contento con estas polémicas en torno a su nombre.

Apuesto a que muchos que opinan como el grupo de Oklahoma anduvieron en días pasados vitoreando al Papa en su viaje por Estados Unidos. Y entonces me pregunto cómo se compagina eso de “crucificar” a “genocidas” como Colón – y de paso a San Junípero, que tampoco ha salido indemne – con lo de vitorear al Papa.

Francisco ha dicho “Quien no perdona enferma físicamente, emocionalmente y espiritualmente”. El odio racial que este grupo proyecta hacia Colón es el mismo del que sus antepasados fueron víctimas en el pasado –y no precisamente por Colón–. ¿Qué hay que perdonar a Colón y de paso a San Junípero? Pongamos las cosas –y a las personas– en su contexto histórico. No se puede juzgar a personas de siglos pasados con mentalidad del s. XXI, aunque sí podemos juzgar a vándalos profanadores de misiones y a aquéllos que buscan la muerte intelectual de aquéllo que les pueda desagradar. Pero es más, si hasta ahora las voces se alzaban “contra los españoles”, comenzamos a escuchar que esas voces se alzan “contra los europeos”. La incultura es osada y no duda en tirar piedras “contra su propio tejado”.

Entre las cosas buenas en el comercio con las Américas está la conservación de todos los registros, por lo que, numerosos estudiosos inundan el Archivo de Indias de Sevilla donde está toda la historia de la llegada, conquista y colonización de las tierras americanas. Entre estos historiadores, muchos americanos, del Norte y del Sur van descubriendo los hechos reales documentados y cómo se tejió la leyenda. No estaría de más que los disconformes, además de darse un paseo por la misión de Carmel, destrozando tumbas y tirando esculturas de san Junípero, procuraran frecuentar las bibliotecas que en este país, y gracias a Franklin son públicas y gratuitas. Una verdadera joya.

Pero lo importante es que, mientras seamos incapaces de evitar una dialéctica barata y populachera no avanzaremos como personas, ni como sociedades, comunidades y países. El Día de Colón no es excluyente de celebrar el Día del Nativo Americano, ni viceversa,: éso ya existe es el “Día de la Raza”, sea cual sea. Hay que perseguir la integración histórica positiva del pasado y del presente, y no batallar en nombre de los muertos. A ellos hay que dejarlos descansar en paz, respetar sus tumbas y celebrarlos en su día, el “Día de Muertos”, pero ésa, es otra historia.