Caminamos hacia la finalización del Mes de la Herencia Hispana donde celebramos todo lo “construido” por nuestra comunidad en Estados Unidos.
Lástima que las celebraciones y homenajes realizados, lejos de culminar en un proceso definitivamente integratorio de nuestra comunidad en Estados Unidos, finalicen en Alabama con la ejecución de una ley dramática para algunos miembros de la familia latina.
La ejecución de ciertas leyes antiinmigrantes supone para familias de nuestra comunidad el resquebrajamiento de su núcleo familiar.
La causa de la ruptura de la familia (deportación, violencia doméstica, etc.) no afecta a los resultados: menores criados en ausencia de uno o ambos padres.
Las estadísticas no ofrecen dudas: la mayoría de adultos inmersos en problemas de delincuencia, adicciones o dependencia de por vida de programas sociales fueron niños que crecieron en hogares rotos.
Concientizarnos acerca de la importancia de mantener hogares unidos y estables es un compromiso para desarrollar personas autónomas y válidas para sí mismas y para la sociedad a la que pertenecen. ¡Apoyemos aquellas causas que, directa o indirectamente persiguen este fin!.
Octubre es el mes de lucha contra la violencia doméstica y de prevención del cáncer de seno; dos problemas que no son ajenos a la comunidad hispana y dignos de apoyo.
Los casas se comienzan por los cimientos, los hogares y las comunidades fructíferas por familias unidas.