El presidente del Ecuador estuvo el 26-28 de octubre en Inglaterra. En su visita, pese a su carácter ‘académico’, él se centró en buscar inversionista para el proyecto que tiene en el parque nacional de Yasumí donde propone no explotar las reservas petroleras de su subsuelo y, a cambio de no contaminar el Amazonas, pide fondos a las potencias.
Le acompañamos a todas sus conferencias en Londres donde constantemente cuestionaba a la derecha a quien acusa de haber polucionado y empobrecido al país. También ataca a los socialistas tradicionales por propiciar la lucha de clases, pedir que disminuya la jornada laboral y haberle organizado protestas sindicales e indígenas.
Una novedad es que él aceptó un planteo hecho por latinos de Londres en sentido de pedir que la UNASUR y el parlamento andino tengan representantes de los millones de inmigrantes sudamericanos. Hoy el 5% del congreso ecuatoriano es electo por los ecuatorianos del exterior.
La comunidad latina impulsó un concurrido evento con él, quien es el presidente de turno de la UNASUR, con el objetivo de dialogar con él. Sin embargo, a ninguna organización comunitaria se le permitió hablar.
Correa se presentó como el autor de la constitución más ecologista que haya tenido la humanidad y de quien acabó con la base de EEUU. El demostró ser popular dentro de los expatriados ecuatorianos, aunque su visita no atrajo la misma atención mediática que antes tuvieron en Londres Lula o Chávez.