¿Cree usted en fantasmas?

0
683

Nunca olvidaré a un paciente joven sumamente apegado a su madre. Ella enfermó y, la depresión de pensar en perderla, lo llevó a mi consulta. Recuerdo haber presentido que, por más que trabajábamos juntos, él no podría seguir viviendo si ella moría… Y así fue. Solo un mes después de ella morir, él falleció súbitamente de un infarto.

La pérdida de un ser querido es algo muy grande, es como si nos quitaran de pronto la alfombra en que estamos parados, es quedarnos sin saber donde pisar, donde ir, qué hacer. Pero cuando quien muere es una persona joven, muere de golpe, sin estar enferma, llena de vida y vitalidad, es sencillamente desastroso.

Superar una pérdida de este tipo es realmente difícil. Sobretodo, si quien muere es la pareja y se ha tenido un vínculo de afecto fuerte con ella, el que queda vivo se desajusta.

Creo firmemente que somos energía. Al morir pasamos a ser otro tipo de energía, pero no desaparecemos, estamos en otra dimensión, en otro estado. Muchas personas afirman poder ver a las personas que se han ido. Yo lo creo posible. Hace solo un mes pude ver a mi padre, que murió hace tres años. Es lo más bello que me ha pasado en la vida. No sentí miedo, sino paz, ternura y un inmenso deseo de abrazarlo. Y que conste: ¡yo siempre temí ver a una persona muerta!

Si él realmente vino o no, si era una creación de mi mente o no, no importa. Aunque no lo creo, pues estaba despierta, tuve esa vivencia, realmente lo vi y hasta me sonrió con mucha ternura.

Los estragos que pueden generarse por una pérdida, sobretodo cuando se tienen hijos, son serios y casi siempre se necesita ayuda de un buen terapeuta experto en duelo para poco a poco superarlo. Aquí funciona lo mismo que en el divorcio: si el padre con que vive el niño lo supera, el niño lo supera también. Pero hay padres que no lo logran, paran su vida, dejan de trabajar y solo lloran. Sumidos en su tristeza, abandonan emocionalmente a sus hijos. No pueden reaccionar por la depresión, necesitan ayuda urgente.

Muchas veces, los familiares no saben dónde deben parar para no ser considerados “metiches”. Pero es muy duro ver a los seres humanos que amamos sufrir, sintiéndonos atados, sin hacer nada. Lealtad, solidaridad, amor, dolor, conflicto… todo esto y mucho más entra en juego en estos momentos.

Si no cree en fantasmas, no se preocupe: analice lo duro que es perder a un ser amado. Lo inesperado del evento puede ser un huracán, que destruye a una persona, a una familia. Si cree como yo en los fantasmas, o sea, en que somos energía y no morimos, entenderá esta relación hermosa y llena de ternura de dos seres humanos separados por la muerte. Yo quiero ver a mi papá otra vez.

SHARE
Previous articleEficiencia: Lo que no se mide, no existe
Next articleDelawareCAN Youth Advocacy Council hosts first student-led school board candidate forum
Dra. Nancy Alvarez: Nancy Álvarez es doctora en psicología clínica con maestría y post grados en terapia familiar, de pareja y sexual. También tiene una maestría en Programación Neurolingüística (PNL) y es hipnoterapeuta. Actualmente cursa un doctorado en Sexualidad. Nació en Santo Domingo, República Dominicana. Su show “Quién tiene la razón” es sinónimo de éxito en Estados Unidos y América Latina. Junto a su esposo, el Dr. Álvaro Skupin, ha trabajado en el campo de las células madre. Preside en EEUU la Sociedad Latinoamericana de Células Madre (Solcema) y es su vocera oficial en el mundo. Actualmente es presidenta de Psicoaxis Corporation y de Mother Stem Institute. También ha creado su línea de productos relacionados con la salud física y emocional, entre ellos “Up Chaca Chaca” y “Buen Sleep”.