Ya de por sí el título resulta sugerente y, pese a que, muchas producciones nos tienen acostumbrados a un gran título para una mala película, no es éste el caso de “Crónicas Chilangas”.
Tres historias sin aparente relación convergen después de ochenta y seis minutos de metraje en un mismo punto que las conecta justificando toda la trama.
La película tiene un buen ritmo que no decae en ningún momento y, hace gala de una cierta socarronería y humor negro pasado por el tamiz del buen cine mejicano.
Un buen guión, una buena producción y una aún mejor dirección son los tres pilares que, al igual que en la historia de la película convergen en un sólo punto o, quizás diríamos persona: Carlos Enderle, guionista, productor y director.
Soberbio Rodrigo Ostap en su papel del esquizofrénico visionario Jairo, magníficamente arropado por artistas de la talla de Luis Fernando Peña, Adrián Ladrón, Regina Orozco, Isela Vega, etc.
Como se nos dice al final de la película, “es el destino” y el que le espera a esta película ha de ser forzosamente bueno.