LONDRES. Tras que la concursante peruana a Miss Universo se presentó con la vestimenta de La diablada, el gobierno boliviano ha decidido lanzar una campaña internacional para rechazar ello y reivindicar esa indumentaria como propia. Ha invertido US$16,000 en spots en la CNN y Telesur mientras anima demostraciones y posiblemente una demanda internacional.
La Paz incentiva esta campaña contra Lima como una manera de reforzar la hostilidad que hay entre Morales y García. En Bolivia se podrá azuzar la tesis que La diablada nació en dicho país. Sin embargo, ésta tiene sus orígenes en la época en la cual el entonces Alto Perú (hoy Bolivia) y Perú eran parte del mismo Estado. La diablada es una danza que anima los festivales del norte y del sur de la cuenca del Titicaca, desde la Candelaria de Puno hasta el carnaval de Oruro.
He presenciado desde muy joven cómo peruanos y bolivianos cruzan las fronteras para participar en una serie de danzas que les une.
Al margen de en qué pueblo exacto nació o se perfeccionó esta danza, es útil recordar que La diablada -al igual que la papa, el quechua, el aymara, la coca, las balsas de totora, la llama, la alpaca y los vestigios culturales incas y tiwanacos- es algo que tradicionalmente ha servido para unir y no dividir a los pueblos del Altiplano.