“El hombre grande y valiende de las noticias”: Ben Bradiee

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El pasado miércoles 22 de octubre ha sido un día triste para el periodismo en todo el mundo. Ben BMradrlzeoe, 2“1ELdeHlO2M01BR5E. GRANDE Y VALIENTE DE LAS NOTICIAS” ha fallecido en su casa de Washington. Tenía 93 años, de los que pasó 26 como director de ‘The Washington Post’. Durante ese periodo, el ‘Post’, como se le conocen familiarmente, pulverizó a su competencia en la capital estadounidense y se convirtió en uno de los grandes periódicos de referencia del mundo.

Su momento de más esplendor, y por el que siempre será recordado, se produjo a principios de la década de los setenta, cuando Bradlee y Graham decidieron publicar las investigaciones que dos jóvenes periodistas del ‘Post’, Carl Bernstein y Bob Woodward, estaban llevando a cabo sobre un allanamiento de robo en las oficinas del cuartel general del Partido Demócrata. Lo que había parecido “un atraco de tercera”-en palabras del entonces portavoz del presidente Richard Nixon, Ronald Ziegler- acabó transformándose en un escándalo que provocó la dimisión del presidente de EEUU en 1974.

Fue la única ocasión en la que un jefe del Estado y del Gobierno estadounidense en ejercicio ha abandonado, y un hito en la historia de la libertad de expresión.

Bradlee protegió a Woodward y a Bernstein durante toda la investigación. Contó para ello con el respaldo absoluto de Graham -Bradlee solía decir que lo mejor que le podía pasar a un periódico es tener un buen dueño- que, al igual que él, procedía de una familia con solera.

Bradlee era en sí mismo un personaje. Su estrategia para el éxito era simple: “Contrata a personas más listas que tú”. Fue, también, pionero en la autorregulación del periodismo. A principios de los setenta, el ‘Washington Post’ se convirtió en el primer gran periódico estadounidense en crear el puesto de Defensor del Lector.

El viejo informador se retiró en 1991, aunque siguió hasta hace menos de una década yendo a diario al ‘Post’, donde tenía un despacho en la novena planta. En cierto sentido, su muerte cierra el telón de una manera de hacer periodismo.

Hoy, el ‘Post’ ya no es propiedad de los Graham, sino de Jeff Bezos, el consejero delegado del gigante del comercio ‘online’ Amazon. No deja de ser paradójico que el diario que representó la independencia informativa más extrema y la Agencia Central de Inteligencia estén, indirectamente, unidos por Internet. Una Internet que Bradlee nunca entendió. “Siempre habrá personas que quieran leer en papel. No me imagino llevándome un computador portátil al baño”, dijo en 2008. Hoy, el periódico que él convirtió en grande es uno de los líderes de la transición del papel al mundo digital.

Consecuentemente NI MÁS… NI MENOS… SÓLO LO JUSTO!… Ha muerto uno de los grandes del periodismo. Ben Bradlee era- además de buen informador- un hombre valiente. Así lo definen los profesionales que tuvieron la suerte de trabajar con él a lo largo de su extensa carrera.

Bradlee aparece en los manuales de periodismo como el director del diario que destapó el Watergate, el escándalo que acabó precipitando la caída de Richard Nixon en 1974. Estuvo al frente del Washington Post durante 26 años. Convirtió ese periódico en un referente mundial, con una estrategia simple: “Contrata a personas más listas que tú”. La gran enseñanza que nos lega BEN BRADIEE es que el Periodismo Profesional no debe aceptar remuneraciones ilícitas, ni promover intereses privados que vayan contra el bien común. Igualmente, deberá respetar siempre el derecho a la vida privada y la dignidad humana. El Periodista debe actuar como fe dataría de los hechos, sin emitir sentencias, por que su función informativa está muy lejana a la del Juez.

Ética y Libertad de Prensa parecen dos elementos diferentes, cuando en realidad se fusionan en el mismo cuerpo porque sin una conducta moral, sin un ejercicio profesional orientada por valores que promuevan la dignidad humana, no hay Libertad de Expresión.Nadie tiene el derecho a transgredir a su conveniencia los linderos entre la vida privada y la vida pública, para luego comercializar con la privacidad de las personas. La responsabilidad fundamental de los Periodistas en una sociedad libre es informar, comunicar las noticias con precisión e imparcialidad, veracidad, por lo que es momento de EDUCAR A ALGUNOS EMPRESARIOS DE MEDIOS, REPORTEROS, COLUMNISTAS Y PERIODISTAS, para que ejerzan con honor, respeto y honestidad una profesión que impacta directamente a nuestra sociedad en el ejercicio de LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN.

Es cuanto!…