El plan de Joe Biden para vencer al COVID-19

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Hoy, la trayectoria del COVID-19 en los Estados Unidos va en la dirección equivocada. En algunas partes del país, la tasa de positividad de la prueba está subiendo, las hospitalizaciones se están disparando y los sitios donde se realizan las pruebas están desbordados. Los catastróficos fracasos en la gestión pública de Donald Trump han llevado a decenas de miles de muertes innecesarias y sufrimiento económico para decenas de millones de estadounidenses. Somos sólo el cuatro por ciento de la población mundial, pero tenemos el 25 por ciento de los casos y muertes en el mundo. Y, los Estados Unidos apenas están mejor equipados para manejar la amenaza del COVID-19 ahora que hace seis meses. Cada día que Trump malgasta al no actuar, desperdicia los sacrificios del pueblo estadounidense y hace que nuestra respuesta y recuperación se retrasen aún más.

Es imposible saber cuál será el estado de la pandemia del COVID-19 el día en que Biden asuma el cargo, pero si es elegido, Biden no esperará para tomar medidas. Minutos después de ser declarado ganador de las elecciones, Biden hará una de sus primeras llamadas al Dr. Tony Fauci y le pedirá que extienda su historial sin precedentes de servicio a seis presidentes, sirviendo a uno más. El Dr. Fauci tendrá acceso total a la Oficina Oval y una plataforma sin censura para hablar directamente con el pueblo estadounidense.

Durante su transición, Biden contactará a gobernadores, alcaldes y otros líderes de ambos partidos, de todos los estados, territorios y tribus, y consultará con líderes en la educación, tecnología, negocios y en el ámbito laboral, para estar listo para comenzar a trabajar y luchar contra el virus como nuestro próximo presidente.

En los últimos cuatro meses, Joe Biden ha presentado planes integrales con cinco elementos básicos sobre qué haría como Presidente sobre el COVID-19: (1) pruebas y rastreo, (2) equipos de protección personal (EPP) suficientes para todos, (3) tratamientos y vacunas basados en la ciencia, (4) pasos para reabrir de forma segura y efectiva, y (5) cómo proteger a aquellos de alto riesgo, incluidos los estadounidenses mayores.

Biden ha dicho repetidamente que espera que Trump utilice estos meses intermedios para adoptar las políticas que él ha esbozado. La salud de nuestra nación — y nuestra economía- pende de un hilo.

Hoy, Biden está actualizando su Plan para Combatir el COVID-19 basado en las circunstancias actuales, las cuales enfrentamos como resultado de los persistentes fracasos del presidente Trump:

Implementar pruebas y rastreo generalizados

El fiasco de Trump: El no realizar pruebas rápida y ampliamente llevó al descontrol del virus. Después de desviar la culpa durante meses, Donald Trump ha reiterado repetidamente sus órdenes de reducir las pruebas. Es inaceptable que con el aumento de los casos en algunas partes del país y personas que tienen que regresar a trabajar en otras, todavía no tengamos la capacidad básica en las pruebas y el rastreo de contactos que necesitamos para manejar de manera sostenible este virus. En Arizona, la semana pasada, los estadounidenses con el COVID-19 tuvieron que esperar en sus autos, con muchísimo calor, en filas de kilómetros de largo por una prueba, y esos fueron los afortunados que tenían una cita. En marzo, Donald Trump afirmó que todos los estadounidenses que quisieran una prueba podrían hacerse una. En ese momento era mentira. Sigue siendo una mentira.

El plan de Biden:

Establecer una Junta de Pruebas de la Pandemia para escalar masivamente una campaña a nivel nacional y garantizar el acceso uniforme, confiable y gratuito a las pruebas para todos, incluyendo todos los trabajadores que regresan a sus empleos.
Duplicar el número de lugares donde se realizan las pruebas en los autos y aumentar la cantidad de las mismas hasta que no haya más filas.
Desarrollar una fuerza laboral de rastreo de contactos a nivel nacional, comenzando por contratar al menos a 100,000 estadounidenses y equipar a los departamentos de salud pública que carecen de recursos suficientes, con los recursos que necesitan para detectar y detener los brotes.

Establecer una cadena de suministro sostenible para los EPP y suministros y ayuda para los trabajadores de la salud:

El fiasco de Trump: Meses después de esta crisis, nuestros trabajadores de la salud todavía se ven obligados a luchar por sus propios suministros y reusar mascarillas y otros equipos de protección personal (EPP) turno tras turno. Cientos de trabajadores de la salud han muerto a causa del COVID-19 y decenas de miles se han contagiado. Esto es desgarrador — y un fracaso catastrófico de liderazgo. Los trabajadores de la salud ponen sus vidas en peligro todos los días, y el riesgo al que se enfrentan se ve inaceptablemente agravado por la respuesta inconsistente y politizada a las guías de los expertos, como el distanciamiento social y las mascarillas. Trump ha abdicado su responsabilidad, y le ha dado la espalda a los trabajadores de la salud en su momento de necesidad.

El plan de Biden:

Implementar un esfuerzo nacional coordinado, en todo el país y orientado al futuro, para adquirir, producir y distribuir EPP, kits y máquinas de pruebas, suministros de laboratorio y otros suministros críticos, incluso utilizando todos los poderes en el marco de la Acción de Producción de Defensa.
Identificar las necesidades futuras de EPP, reactivos de laboratorio y suministros de pruebas cuando se agoten, así como reponer los suministros agotados en las zonas más afectadas, especialmente para los centros de salud calificados a nivel federal, las clínicas de salud rurales, hospitales de la red de protección social y residencias de ancianos, que suelen tener pocos recursos y sirven desproporcionadamente a las poblaciones vulnerables que son los más afectados por el COVID-19.
Desarrollar ahora una capacidad de manufactura flexible con vista al futuro, en los Estados Unidos, para garantizar que no seamos vulnerables a las interrupciones de la cadena de suministros en tiempos de crisis.

Además, Biden garantizaría que el gobierno de los Estados Unidos diera un paso al frente por las enfermeras, los médicos y otros trabajadores de la salud y los de respuesta inmediata, incluyendo proveer:

Acceso prioritario garantizado a los suministros nacionales de EPP.
Pago de una bonificación para los trabajadores de la salud por arriesgarse. No hay sustituto para garantizar la seguridad de los trabajadores de la salud, pero como ha dicho Biden, todos los que pongan sus vidas en peligro deberían recibir un incentivo en los cheques de su salario.
Licencia de emergencia con paga, que Biden ha pedido para cualquier persona que se contagie con el COVID-19 o que necesita cuidar de un ser querido que lo tiene.
Vivienda gratuita, accesible y segura para permitir que los trabajadores de la salud puedan aislarse de sus seres queridos según sea necesario.
Una línea directa de consulta sobre el COVID-19 para los trabajadores de la salud y un aprendizaje clínico consolidado entre pares, para que el personal de primera línea no tenga que depender de las redes sociales para aprender las prácticas recomendadas en el tratamiento de pacientes con el COVID-19.
Acceso a una serie de servicios de salud mental de prevención e intervención temprana, que incluyen el monitoreo del estado de salud, el apoyo para la salud emocional y los primeros auxilios psicológicos, para todos los trabajadores de la salud que lidian con el COVID-19. Buscar ayuda no debe afectar su empleo actual o futuro, incluida su capacidad para obtener una licencia. Esto se suma al sólido compromiso de Biden de garantizar que todos los estadounidenses tengan acceso a cobertura de seguro de salud mental y ampliar el acceso inmediato a los servicios de salud mental remotos al exigir a todos los proveedores — no solo a Medicare- que paguen por los servicios de salud mental remotos. No debería haber ninguna barrera a los servicios de salud mental en esta crisis, ninguna.
La movilización de los trabajadores de la salud en todo el país, incluida la evaluación de las áreas de necesidad, la elaboración de un registro de voluntarios y la garantía de que las carencias de personal se llenarán voluntariamente de manera segura y sostenible.

Acelerar el desarrollo de tratamientos y vacunas:

El fiasco de Trump: En lugar de escuchar a los profesionales de la salud pública, Trump impulsa medicamentos peligrosos que no están probados. Nuestro país está ahora atrapado con una enorme reserva de hidroxicloroquina, una droga que Trump alabó repetidamente. El esfuerzo para el desarrollo de vacunas de Trump, “Operación Warp Speed”, carece de un liderazgo sólido, visión global o una estrategia para asegurar los fondos necesarios para llevar a cabo esta misión o ganarse la confianza de los estadounidenses que dependen de su éxito. Y, el manejo de la Administración Trump de las agencias de investigación médica esenciales de nuestro gobierno se ha visto empañada por las luchas internas, la presión política y las represalias, y el nepotismo premeditado. No podemos permitir que la Administración Trump repita sus continuos fracasos en tareas relativamente simples como conseguir mascarillas para las enfermeras y pruebas para los hogares de ancianos, con la misión más difícil de tratamientos y vacunas. Hay demasiado en juego.

El plan de Biden:
Biden aceleraría un enfoque global coordinado para desarrollar, fabricar y distribuir una vacuna segura y eficaz, que incluye:

Aumentar la fabricación a gran escala de tantos candidatos a vacunas como sea necesario
Ayudar a proteger la investigación relacionada con el COVID-19 de las amenazas cibernéticas.
Desarrollar proactivamente una campaña nacional de vacunación, tomando las medidas ahora para garantizar la distribución justa de todas las vacunas.
Restablecer inmediatamente nuestra relación con la Organización Mundial de la Salud, que aunque no es perfecta, es esencial para coordinar una respuesta global durante una pandemia.
Establecer y otorgar recursos a una Red de Ensayos Clínicos de Enfermedades Infecciosas Emergentes para unir al talento científico detrás de los medicamentos más prometedores en lugar de tener diferentes estudios compitiendo entre sí por recursos y pacientes.
Asegurar que todos en los Estados Unidos, no sólo los ricos y los que tienen conexiones, reciban la protección y el cuidado que merecen, y los consumidores no sean víctimas de la manipulación en los precios a medida que nuevos medicamentos y terapias salen al mercado.

Biden también se adelantaría a la influenza de temporada de este año al desarrollar ahora la capacidad para garantizar una distribución y administración segura de la vacuna contra la influenza de temporada, junto con una campaña eficaz para ayudar a las personas a entender por qué vacunarse contra la influenza es tan crítico, especialmente este año. Este esfuerzo debe tener en cuenta la distribución en un momento de distanciamiento social, cuando los estadounidenses pueden no tener acceso a los proveedores donde normalmente reciben la vacuna contra la gripe, incluyendo las clínicas universitarias y en el lugar de trabajo. La pasada temporada de gripe llevó a hasta 62,000 muertes y 740,000 hospitalizaciones, y el COVID-19 llegó a los Estados Unidos justo cuando la temporada regular de gripe estaba en descenso. Debemos prepararnos ahora para la posibilidad de brotes simultáneos de influenza y el COVID-19 que puedan abrumar a nuestro sistema de salud pública y destruir nuestros esfuerzos para luchar contra el COVID-19.

Reabrir correctamente:

El fiasco de Trump: Mientras instaba a los estados a reabrir lo más rápido posible, Trump renunció a un liderazgo federal efectivo, dejando que los funcionarios estatales, tribales y locales lo hicieran lo mejor que pudieran sin la ayuda de Washington. No ha logrado ofrecer un plan unificado para el país, ha abogado por la reapertura en áreas que no podían cumplir con las guías y ha puesto a los estadounidenses en mayor riesgo. Trump ha sembrado confusión y competencia entre los estados y se ha negado repetidamente a dar el ejemplo o seguir la guías de nuestros mejores científicos, sembrando aún más el caos.

El plan de Biden: Una reapertura más sólida y eficaz reconoce que no podremos resolver la crisis económica en nuestro país sin una respuesta rigurosa de salud pública. Requiere unas guías de salud públicas claras, a nivel nacional, basadas en la ciencia, incluyendo un mensaje claro y consistente desde lo más alto de nuestro gobierno sobre la importancia del uso de mascarillas, porque somos un país con una población que debemos proteger. Además de las pruebas, el rastreo de contactos y la protección de los estadounidenses mayores:

Garantizará una licencia con paga para todos los que se enfermen y para los trabajadores que cuidan a familiares u otros seres queridos enfermos con el COVID-19.
Garantizará la protección y la rendición de cuentas, incluyendo asignarle a la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional el establecimiento y la aplicación de un riguroso estándar temporal de emergencia para que los empleadores sigan un conjunto claro de reglas a fin de mantener a los trabajadores a salvo del COVID-19.
Creará un programa “Seguro para los Compradores” que dé a las empresas que cumplan con los estándares un letrero para ponerlo en su establecimiento, para que los compradores sepan que han hecho lo que pueden para minimizar el riesgo de exposición.
Equipará a los pequeños negocios con un ambicioso “paquete para reanudar las operaciones” que provea a los propietarios de pequeños negocios apoyo para retener a sus empleados y volver a contratarlos y cubrir otros costos de reinicio en este entorno desafiante.
Ayudará a las escuelas y programas de cuidado infantil con la reapertura, tal vez el paso más importante para que los padres puedan volver a trabajar, incluyendo la ampliación de la investigación pediátrica sobre el COVID-19 financiada por NIH, el desarrollo de un Centro de intercambio de Información sobre Prácticas Recomendadas para Escuelas Más Seguras y suministrar los recursos que los proveedores de cuidado infantil y las escuelas, en particular las escuelas de Título I, necesitan para reabrir de forma segura y ayudar a los estudiantes que se han quedado atrás.

Proteger a los estadounidenses mayores y otros en alto riesgo

El fiasco de Trump: El fracaso de Trump al no organizar una respuesta coherente y oportuna a la crisis ha puesto a los estadounidenses mayores y a otros en alto riesgo en circunstancias aún más vulnerables y los ha dejado sin apoyo efectivo ni opciones reales, excepto quedarse en cuarentena indefinidamente. Es inconcebible que más de 52,000 residentes en hogares de ancianos y otros centros de cuidado a largo plazo hayan muerto de COVID-19. La carencia masiva de las pruebas del COVID-19 y del rastreo de contactos ha incrementado particularmente el riesgo de exposición, ha aumentado el aislamiento social y ha hecho más difíciles los esfuerzos para que todos los estadounidenses, y especialmente los estadounidenses mayores, regresen a algo que se asemeje a la vida normal de la forma más segura y rápida posible.

El Plan de Biden:

Garantizará una guía basada en la evidencia para cada fase de la reapertura y un Tablero sobre la Pandemia a Nivel Nacional, fácil de leer, que los estadounidenses puedan revisar en tiempo real para ayudarles a medir si la transmisión local está ocurriendo activamente en sus códigos postales. Esta información es fundamental para ayudar a todas las personas, pero especialmente a los estadounidenses mayores y a otras personas en alto riesgo, a entender qué nivel de precaución deben tomar.
Asegurará la capacidad de prueba suficiente para que las personas en los hogares de ancianos y los centros de cuidado a largo plazo puedan recibir a los visitantes de forma segura.
Aumentará los pagos del Seguro Social en $200 al mes y los beneficios del Programa Suplementario de Asistencia Nutricional (SNAP, por sus siglas en inglés) en un 15 por ciento para asegurar que las personas con ingresos fijos puedan sobrellevar la pandemia. [Lea los siguientes documentos de la campaña de Biden publicados previamente, el Plan para los Estadounidenses Mayores, el Plan para Apoyar a las Personas con Discapacidades durante la Pandemia del COVID-19, y la Hoja de Datos sobre cómo Joe Biden le ayudaría a obtener seguro durante la crisis del COVID-19.]