Elecciones presidenciales USA: Cocos y caucus

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De pequeños, si no nos portábamos bien, nos decían que vendría a por nosotros “el coco”. Lo temíamos, aunque no supiéramos quién era.

Para los candidatos presidenciales ese “coco” es el caucus que “vendrá” a por aquéllos que no convenzan.

La carrera presidencial comenzó en Iowa, siguió con New Hampshire, continuará con Carolina del Sur y Nevada y con el Supermartes del 1 de marzo en el que se celebrarán elecciones primarias (o caucus) en un gran número de estados que servirán como termómetro nacional de las posibilidades de cada candidato.

Maratonianas discusiones en grupos y análisis de las virtudes de los candidatos concluyen con un primer voto trasladado a los delegados quienes a su vez elegirán al candidato estatal.

El candidato que gana la primaria de un estado tiene –salvo excepciones como Iowa– garantizados los votos de los delegados que ese estado enviará a la convencíón del partido. En New Hampshire la particularidad radica en que los delegados que participarán en la Convención Nacional se eligen en primarias “partidarias y cerradas”. Trump y Sanders fueron ganadores allí el 9 de febrero como Cruz y Clinton lo habían sido en Iowa una semana antes.

Las últimas primarias serán en California y Nueva Jersey. El 15 de marzo marcará la posibilidad para algunos estados de que el ganador se quede con todos los delegados en juego en las primarias.

De la Convención Republicana del 18 al 21 de julio saldrá el candidato a la presidencia del partido quien desvelará su vicepresidente. Se centrarán las líneas de campaña y se dará apoyo público al candidato propuesto. Lo propio para el partido demócrata del 25 al 28 de julio.

Finalmente el 26 de septiembre se celebrará el primer debate a la presidencia y el 8 de noviembre las elecciones.

En todo este ciclo el voto hispano será clave y los candidatos, excepto al parecer Trump, son conscientes de ello.

En las últimas elecciones presidenciales de 2012, según datos publicados por Pew Research Center, 23.3 millones de hispanos tenían derecho a votar y sólo
11.2 millones lo hicieron. En las últimas legislativas de noviembre de 2014, más de 25 millones de hispanos tenían ese derecho y de los que lo ejercieron, el 62% lo hizo por el Partido Demócrata y el 36% por el Republicano.

Para noviembre de 2016 se espera que continúe la trayectoria –ascendente desde los 90 – de hispanos con derecho a voto y aumente su participación.

Según quién sea elegido Presidente, nuestra comunidad podría estar ante un “coco” o un “líder empoderador” en función de sus políticas en economía, inmigración, educación o reforma sanitaria, por citar algunas de las que más afectan a los hispanos.

La creación de un muro con México, la incautación de remesas salariales de indocumentados, el aumento de visas temporales y aranceles de los puertos de entrada a Estados Unidos, triplicar agentes fronterizos, deportación de criminales extranjeros que delincan en el país, eliminación de la ciudadanía por nacimiento, castigo penal de los que permanezcan sin visa o aumento de normas para aceptar a refugiados, pueden llevar a Trump a ser el candidato republicano, pero no a la victoria final, según los expertos.

En el otro lado, Sanders preconiza una política migratoria compasiva y justa y se opone a NAFTA y CAFTA por lo que supone de fuga de empleos y Clinton anuncia su defensa de una reforma migratoria encaminada a la obtención de la ciudadanía.

Con 75 años el judío de origen polaco Sanders, ha conectado con los jóvenes lo que le va a favorecer de cara al voto latino. Clinton no está consiguiendo el voto femenino como presumía, y mucho menos el juvenil, quizás porque sus actos políticos pasados hacen dudar del cumplimiento de sus promesas electorales en el futuro.

Los votantes, sobre todo los más jóvenes, están decepcionados con los políticos “de siempre”; algo que favorece a Sanders y ¿a Trump?

Clinton promete que permitirá un mayor número de indocumentados en los Estados Unidos que los permitidos por Obama y aumentará los permisos temporales de trabajo. La contradice su actuación como senadora votando a favor de la “Secure Fence Act”-HR 6061 que permitió la construcción de más muros y vallas, su oposición a las licencias de manejo para indocumentados y el apoyo a Bill Clinton en la “Operación Gatekeeper” y el caso Elián González.

Gatekeeper supuso el despliegue de cientos de agentes fronterizos entre San Diego/Tijuana y alrededores de El Paso en Texas y el cambio de las rutas de coyotes a las montañas disparándose las muertes de indocumentados que “pasaban” al norte al ser víctimas de las temperaturas extremas de las nuevas rutas. Arrancar al niño González de cinco años a punta de pistola de su familia sin hacer caso de las leyes federales, que hubieran legitimado su permanencia legal. Ninguno de los dos actos la ayudan con los votantes mexicanos, centroamericanos y cubanos.

El largo camino a la Casa Blanca es una carrera de fondo, donde resiste el más fuerte. O la más fuerte. No necesariamente el que mejor se porte aunque, “el coco” siempre pasa factura a los niños que no se portan bien y también a los políticos. Es tan sólo una cuestión de tiempo y de votos.