La Palabra de Dios claramente nos asevera que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” 2da Timoteo 3:16-17
Un mensaje tan profundo y a su vez tan simple de entender, si necesitamos consejo y sabiduría, la Biblia es la única fuente autorizada de Dios, a través de la cuál hallaremos guianza para cumplir nuestro propósito mayor en la vida, darle gloria a Dios en todo lo que hacemos.
La Biblia es la carta de amor de Dios a la humanidad, donde nos enseña su plan de salvación y nos revela al personaje principal y exclusivo de la misma, nuestro Señor Jesucristo y su obra cumbre, la muestra de amor más inmensa, increíble y maravillosa, su muerte susstitutoria en la cruz del Calvario.
Pero es mucho más que éso, “…todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquél que nos llamó por su gloria y excelencia.” 2 Pedro 1:3, todo lo que necesitamos saber para vivir una vida piadosa para su gloria ha sido revelado a nosotros a través de su Palabra.
Dios usó aproximadamente 40 hombres, en un período de 1500 años, en diferentes culturas y escribieron este maravilloso libro en hebreo, arameo y griego, para mostrarnos su Gloria a través de nuestra redención.
Sin embargo, tristemente hoy en día, las iglesias han decidido dejar la revelación de Dios a un lado y escuchar pseudo-revelación divina que sale del corazón de hombres que se basan en su propia intuición. Esto se conoce como ‘misticismo’ y es la fuente más peligrosa de revelación porque se basa en las emociones y sentidos de los hombres. Es una fuente de conocimiento netamente experimental, se trata de probar a través de las experiencias, las realidades y verdades que pertenecen a otro reino.
Muchos otros corren detrás de los descubrimientos que las ‘ciencias blandas’ obtienen a través de la razón y la observación, pero aún ésto es inútil para comprender las realidades de Dios, el pecado y el hombre.
La otra ciencia, la dura, la del empiricismo, tal como la medicina y la física pueden ser categorizadas dentro del rubro de la revelación general o gracia común, bendiciones innegables de Dios pero que no logran acercarnos a Dios en la manera que El lo ha determinado, y ésto es a través de las Revelaciones Especiales que solamente se encuentran en su Palabra, y son esas verdades que Dios requiere que creamos y practiquemos.
Es hora de volver a la Fuente de Vida, volver a la Palabra de Dios y dejar a un lado toda otra cosa que aunque bien intencionada, no es sino una afrenta a nuestro amado Dios.