Ni enojados ni con miedo

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Reuters publicó recientemente un artículo en inglés con un titular que decía “Latinos miedosos y enojados tal vez ignorarán el Censo”. Sin embargo, La Opinión, el diario en español con mayor circulación en Estados Unidos, dice que de acuerdo a un sondeo del Pew Hispanic Center, nueve de cada 10 latinos indican que participarán en el censo. Estas son buenas noticias para la comunidad.

El censo no debe crear miedo ni enojo pues es simplemente una herramienta para que el gobierno pueda contar la población y tener un mejor entendimiento de las necesidades locales. Además, así lo exige la ley. De acuerdo a la Constitución de nuestro país, el gobierno tiene que implementar el censo cada 10 años. Como comunidad, si realmente queremos ser contados, tener voz y peso político y así también cumplir con nuestro deber cívico, entonces todos debemos llenar y enviar nuestros formularios.

Ya se ha dicho todo esto, pero vale la pena repetirlo. El censo ayuda a las localidades pues en base a eso se toman decisiones sobre cómo y a donde se destinan alrededor de $400 mil millones en fondos federales. Por ejemplo, para saber cuántos buses se necesitan tenemos que saber cuánta gente vive en los barrios; para que las guarderías y escuelas sepan cuántos niños tendrán el próximo año van a necesitar saber cuántos niños tienen edad pre-escolar, para saber cuántos hospitales se necesitan o cuántos centros de empleos, tenemos que saber cuánta gente vive en cada localidad y sus características. En pocas palabras, hay un sin fin de razones que están directamente atados a las necesidades diarias de todos nosotros.

En un momento donde el poder político de los latinos está en ascendencia es de vital importancia para las organizaciones que luchan por sus intereses el tener los datos exactos que ilustren el crecimiento y la influencia de la comunidad latina en los Estados Unidos. Esto es clave para recordarles a los políticos que los hispanos somos un grupo creciente y que representamos el futuro de esta nación. En base al censo se decide la proporción de asientos electorales en el Congreso. La Constitución de losEE.UU. requiere que los distritos electorales se ajusten o se vuelvan a trazar periódicamente para acomodar los cambios de la población. Lo que significa que en lugares donde la población ha crecido se podrían crear más posiciones en la Cámara de representares del Congreso. Si en estas comunidades hay muchos latinos, entonces tendremos mayor oportunidad de elegir a políticos que luchen por nuestros intereses.

Nuevamente, hay que recordar que la información del Censo es totalmente confidencial y no se comparte con inmigración.

El formulario no es perfecto. En mi familia—una mezcla de bolivianos, guatemaltecos, estadounidenses, nicaragüenses y dominicanos— hemos discutido cómo categorizarnos y qué “raza” escoger. Ya que la mayoría de nosotros no somos blancos, negros o asiáticos, muchos optamos por escoger “Other” u “Otra”. Algunos escribimos “mestizo” y otros “latinoamericanos”.

Pero ninguna de las opciones para escoger es “Miedosos” o “Enojados”, pues no hay nada que temer, y en caso de que estemos enojados por la falta de acción en los temas que nos interesan, la manera de mandar el mensaje que sí contamos es de hacernos contar nosotros mismos.

Así que esperemos que el Pew tenga la razón y que la gran mayoría de nosotros opte por llenar y enviar nuestro formulario. Eso nos daría no sólo los recursos necesarios que hoy más que nunca necesitamos sino también la oportunidad de reafirmar la importancia política de nuestra comunidad.