Herencia Grecolatina

“Innegable influencia de la cultura helénica en la mitología romana”

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Dra. Sara Solís

Por Sara Angelina Solís Castañeda, PhD

Históricamente, Grecia y Roma han estado omnipresentes hasta nuestros días, de disímiles maneras. Para nadie es un secreto que del mundo grecorromano la humanidad ha recibido importantes herencias, en lo tocante al arte en general (teatro, escultura, literatura), como en la Filosofía y las ciencias médicas y políticas. De esta última, dos son en la actualidad, las grandes herencias mutis mutandis del mundo grecolatino: el valioso concepto de democracia (griega) y la república (la res publica romana). Dicho de otra forma, con la fundación de Roma (753 AC) se comenzaron a sentar las bases de la civilización occidental y con la introducción de la democracia en Atenas (508 AC), surge una nueva forma de gobierno de la sociedad; así pues, desde la Modernidad, la república es, con su tripartición de poderes, el modelo ideal de gobierno de la sociedad (aunque es preciso aclarar que aquella república era de las fuerzas dominantes de entonces –aristocracia y jefes militares- y no el poder del pueblo per se, que se perfecciona a posteriori).

Pero hoy, más que a la política, quiero referirme a la cultura grecolatina. Al analizar la historia nos percatamos que Roma fue el poder político y militar dominante (no olvidemos que llegó a ser un poderoso y abarcador Imperio), en tanto que Grecia lo era en el área cultural, razón por la que Roma, a pesar de haber conquistado militarmente a Grecia, la veía como una cultura superior. Por ello, entre los patricios romanos, era usual contratar tutores griegos para educar a sus hijos “ya que se creía que toda persona de bien debía ser influenciada y moldeada por la literatura y la filosofía griega. Generalmente, un patricio que no había recibido su educación de parte de un tutor griego, era visto como una persona tosca de poca cultura”, aunque existen grandes excepciones.

Un poder tan vasto como el de Roma, a donde llegaba, dominaba y luego adaptaba y adoptaba creencias, conceptos y mitos, teniendo claro, por supuesto, su identidad y raíces romanas: la egipcia, mesopotámica, persa, celta y, por supuesto, la singular cultura griega. Por ello, vemos que existe una especie de parentesco cultural entre el mundo romano y griego; es innegable la enorme influencia de la cultura helénica y del panteón griego (deidades) en la mitología romana, produciéndose una correspondencia o equivalencia entre muchas de sus deidades.

Finalmente, algunos de ellos, donde el primer nombre es el helénico y el segundo el romano: Afrodita/Venus (Diosa de la Belleza); Ares/Marte (Dios de la Guerra); Asclepio/Esculapio (Dios de la Medicina); Artemisa/Diana (Diosa de la Caza); Atenea/Minerva (Diosa de la Sabiduría); Cronos/Saturno (Dios del Tiempo); Dionisio/Baco (Dios del Vino); Eros/Cupido (Dios del Amor); Hefesto/Vulcano (Dios del Fuego); Nike/Victoria (Diosa de la Victoria); Poseidon/Neptuno (Dios del Mar).