El lunes 8 de octubre el ya juez del Tribunal Supremo, Brett Kavanaugh, fue investido en su cargo.
La ceremonia tuvo lugar en la Casa Blanca ante el presidente Donald Trump.
“En nombre de todo el país, quiero disculparme con Brett y con toda la familia Kavanaugh por el dolor y sufrimiento que han tenido que pasar”, dijo Trump.
El presidente ha descrito las acusaciones como una campaña “de destrucción personal y política basada en mentiras”. “Lo que le pasó a la familia Kavanaugh viola cualquier noción de justicia, decencia y debido proceso”.
Trump, quien no mencionó a la denunciante Christine Blasey Ford dijo que “se ha demostrado” que el nuevo juez del Tribunal Supremo, Brett Kavanaugh, es “inocente” de los abusos sexuales de los que le acusaron al menos tres mujeres.
El presidente autorizó al FBI a investigar las acusaciones contra Kavanaugh y se entrevistaron durante cinco días a varios testigos en cinco días. No hubo veredicto final de culpabilidad o inocencia de Kavanaug.
En la ceremonia estuvieron presentes la esposa y dos hijas del recién investido Kavanaugh, quien agradeció a Trump su apoyo durante el proceso de confirmación y prometió que ese tenso trámite le “puso a prueba, pero no le cambió”.
“El proceso de confirmación en el Senado fue contencioso y emocional. Ese proceso ha terminado. Mi objetivo ahora es ser el mejor juez que pueda ser. Asumo esta oficina con gratitud y sin ninguna amargura”, dijo el recién juramentado juez del Supremo el pasado sábado.
El magistrado prometió ser “una fuerza de estabilidad y unidad”, servir “a toda la nación” y hacer su trabajo de forma “independiente e imparcial”.
