La cultura del Campeón

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¿Qué hace a un campeón coronarse por encima del resto? ¿Es pura habilidad deportiva, inteligencia táctica, o influye la mentalidad que caracteriza a ese pueblo? Desde que se juega oficialmente el Campeonato Mundial de Futbol, sólo 8 naciones han rubricado su nombre en el libro dorado de los victoriosos.

Es un pequeño puñado que se ha adornado con los laureles de la gloria, y que en cada evento mundial se proponen restringir el paso a aquellos que todavía no han saboreado las mieles del máximo triunfo futbolístico.

¿Cómo es la mentalidad colectiva de cada equipo? ¿A qué tipo de cultura pertenecen estos 8 vencedores? Repasemos brevemente, Uruguay, Brasil y Argentina pertenecen no sólo a un mismo continente, sino a un grupo que es clasificado como ‘culturas colectivistas’, las cuales se caracterizan por enfatizar las necesidades y metas del grupo por encima de las individuales.

Sin embargo, esto que parece ser verdad cuando se habla de cultura general o temas socio-políticos, no parece coincidir con la verdad futbolera, porque si miramos una foto del equipo argentino o brasilero por ejemplo, nuestros ojos automáticamente se posarán en Messi o Neymar, y todo el resto pasará a formar parte del paisaje de relleno, tal cual pasara con Maradona y Pelé, cada vez que estos astros pisaban un campo de futbol.
Analicemos a los otros cinco, Italia, Alemania, Inglaterra, Francia y España no solamente son europeos, sino que se pueden clasificar en un tipo de cultura llamada ‘individualista’. Una cultura que por regla general se caracteriza por enfatizar las necesidades y metas del individuo por encima de las colectivas. Irónicamente, aquellos catalogados como individualistas son los que parecen trabajar mejor en aras de las metas comunes, creando sociedades y naciones más fuertes. Por el contrario los llamados ‘colectivistas’ tienen dificultades para manejarse en sociedades y crear grupos sólidos. ¿Es esta la explicación del porqué hay más campeones de culturas individualistas que colectivistas? Podría ser, pero lo curioso es que si bien hay cinco campeones de culturas individualistas contra tres de culturas colectivistas, los últimos han ganado más campeonatos que los primeros, estando arriba 11-10.

Basándonos en este argumento de las distintas culturas, podemos abrirle la puerta de candidatura a naciones como Corea del Sur y Japón, las cuales a priori pueden clasificarse como ‘culturas colectivistas’, pero que también tienen una particularidad que los pone por encima del resto en términos de su cultura al servicio de una meta común.

Las culturas orientales se caracterizan por hacer que sus individuos, cuando están trabajando por una meta común, trabajen más duro que cuando trabajan individualmente, contrario al resto de las culturas, donde los individuos trabajan por debajo de su producción individual cuando les toca trabajar en grupo. Usando este argumento, no es descabellado pensar que estas selecciones se beneficiarán de su producción grupal, potenciándose de una producción individual de alto nivel, para compensar su falta de talento natural y la escasez de esas estrellas rutilantes que no tienen.

Es mucho más que habilidad futbolística lo que se necesita para ser campeón, el factor cultural es decisivo.