Lea los contratos cuidadosamente antes de firmar

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Cuando las personas escuchan la palabra “contrato”, algunas comienzan a fantasear sobre la firma de un acuerdo multimillonario en dólares con la NFL mientras que otras recuerdan cómo se sacudieron sus rodillas el día que firmaron que primer préstamo para el automóvil. Sin embargo, si lo considera, muchas de nuestras decisiones cotidianas involucran contratos.

Definidos ampliamente, los contratos son acuerdos mutuamente vinculantes entre dos o más partes para hacer –o no– algo. Podría ser tan simple como comprar café (acuerda pagar $2,50 y el restaurante acuerda servirle una bebida potable); o tan complejo como firmar una hipoteca a la cual estará ligado financieramente durante los próximos 30 años.

Aquí se encuentran algunas consideraciones para tener en cuenta antes de firmar cualquier acuerdo:

A veces, los contratos son documentos formales, firmados que esbozan condiciones y multas específicas si esas condiciones no se cumplen: Por ejemplo, si no hace los pagos de la hipoteca, el prestamista puede ejecutar su casa. Otras veces son acuerdos verbales o implícitos: Si el café está frío, puede pedir un reembolso.

Es importante anticipar las cosas que posiblemente podrían salir mal, tales como:

Firma un alquiler pero más adelante se da cuenta de que no puede pagar el alquiler o que le gusta el barrio.

Compra un automóvil que no puede pagar y cuando intenta venderlo, el automóvil vale menos que el saldo de su préstamo pendiente.

Compra algo en venta y no nota la política “No devolución de artículos en oferta”.

Alquila un automóvil y más adelante se da cuenta accidentalmente que aceptó una cobertura de seguro opcional que no deseaba ni necesitaba.

Se une a un plan para un teléfono celular y se da cuenta más adelante de que tiene rígidas multas por cancelación temprana.

Los adolescentes sin experiencia financiera y los adultos jóvenes a menudo se meten en este tipo de problemas, en consecuencia, asegúrese de ana lizar las implicaciones de la firma de contratos con sus niños antes de que lleguen a los 18.

Aquí se encuentran algunos consejos adicionales:

Asegúrese de que cualquier cosa que firme no contenga ningún espacio en blanco sin llenar, aunque la otra parte se comprometa a llenarlos de cierta manera. (Para que no haya ningún malentendido, muchos contratos especifican que debe firmar con iniciales por las disposiciones claves para que reconozca que lo comprendió completamente).

No tenga miedo de pedir llevar el contrato aparte o llevarlo al hogar para un análisis más cuidadoso u obtener una segunda opinión. Un abogado o un consejero financiero pueden ayudar.

No deje que lo presionen para firmar algo: si los vendedores intentan esa táctica, váyase.

Asegúrese de que todo lo que le prometieron verbalmente aparezca por escrito. Esto es particularmente importante para los términos como los tipos de interés, cuota inicial, descuentos y multas.

Guarde una copia de cada documento que firma. Esto será especialmente importante en los casos de depósitos de alquiler en disputa, mercancía dañada, demandas de seguro, garantías extendidas, etc.

Lleve un “segundo” si está por tomar una decisión importante como alquilar un departamento o comprar un automóvil. Es sabio tener alguien allí que ayude a hacer preguntas y proteger sus intereses.

Recuerde, los contratos se diseñan para proteger ambas partes. Sólo asegúrese de comprender completamente todos los detalles antes de firmar en la línea punteada.