Carmela Hernández originaria de México, salió a la calles después de haber estado diez meses en un lugar santuario con el fin de evadir la deportación.
La madre inmigrante alzó su voz con la ayuda de un grupo activista para pedir ayuda al senador Bob Casey para que éste interceda ante las autoridades migratorias y evite su deportación a México.
Sobre Carmela Hernández pesa una inminente orden de deportación y aseguró que no puede volver a su país, porque ha sido amenazada de muerte en su natal México por bandas de narcotraficantes.
Los hijos de Carmela Hernández, un total de cuatro, acuden a la escuela en Filadelfia desde febrero 2018 y la inmigrante mexicana se encuentra en santuario en una iglesia de Filadelfia, de desde donde, solicitó al senador Bob Casey por ayuda en su caso “Yo sé que él puede ayudarme”, dijo Hernández.
Cansada del encierro y movida por el bienestar de sus hijos, Carmela Apolonio Hernández salió de la iglesia, donde se asila en santuario debido a una orden de deportación, para urgir al senador de Pensilvania, Bob Casey, que acelere la gestión a su favor.
La mujer, quien aseguró que su vida y la de sus cuatro vástagos corre peligro en su natal México, llegó hasta la oficina del funcionario en Filadelfia, entre las calles 20th & Market, para, a manera de protesta, mantenerse en la instalación hasta lograr su cometido.
Nada es imposible para que se puedan lograr las cosas. Yo sé que él puede meter presión para que ICE detenga mi deportación”, dijo a (RCM-Noticias)la madre mexicana quien lleva en santuario casi 10 meses.
La gesta de Carmela no fue del todo efectiva, ya que el senador no estaba en el edificio, y se comunicó con ella a través de una video llamada.
La oficina de Casey envió a nuestra redacción la siguiente aseveración: “Carmela Apolonio Hernández y sus hijos han sufrido amenazas que atentan contra sus vidas en su país natal, por lo que opté por solicitarle a esta administración del Presidente (Donald Trump) que todos ellos fueran tratados de forma justa a la hora de evaluar su petición de asilo”.
“Durante varios meses he abogado por ellos ante los funcionarios más importantes. También me reuní tanto con Carmela como con sus hijos. Mi equipo de trabajo y yo seguiremos trabajando en el caso para que obtengan las protecciones que le corresponden de acuerdo a nuestras leyes”, indicó Bob Casey
Hernández estuvo acompañada en su manifestación por una de sus hijas y por activistas del grupo Santuario Advócate Coalición.