(To read the English version of this article go down Noticias Relacionadas).
Este fin de semana es el cuarto aniversario de la devastación que causó el huracán Katrina en la costa del golfo. Al recordar todo lo que se perdió, debemos evaluar el trabajo que se ha realizado a favor de la recuperación y a la vez prepararnos para desastres futuros. De eso quiero hablarles hoy.
Ninguno de nosotros puede olvidar cómo nos sentimos cuando esa tormenta azotó las costas, comenzó la crecida del agua y tantos estadounidenses quedaron varados en techos y estadios. Más de mil personas perderían la vida. Más de un millón de personas fueron desplazadas. Vecindarios íntegros de una gran ciudad de Estados Unidos quedaron en ruinas. Muchas comunidades en la costa del golfo cambiaron para siempre. Y muchos estadounidenses se preguntaron si el gobierno podía cumplir con su responsabilidad de responder a una situación de crisis o contribuir a una recuperación que abarcaba porciones de cuatro estados.
Desde que asumí la presidencia en enero, mi gobierno se ha centrado en ayudar a las personas a concluir la labor de retomar su vida y reconstruir su comunidad, mientras damos los pasos necesarios para evitar catástrofes similares en el futuro. Nuestra estrategia es simple: el gobierno debe cumplir con su responsabilidad con el pueblo, de modo que los estadounidenses tengan la oportunidad de asumir la responsabilidad por su propio futuro. Ésa es la labor que estamos realizando. Hasta la fecha, once miembros de mi gabinete han visitado la costa del golfo, y anticipo con entusiasmo ir a Nueva Orleáns este año.
Para completar una recuperación compleja que abarca casi todos los sectores de la sociedad, le hemos dado prioridad a la coordinación entre diferentes agencias federales y con gobiernos estatales y locales. Se acabaron las pugnas territoriales. Todos nosotros debemos avanzar juntos, porque hay mucho trabajo por hacer. También he dejado en claro que no toleraré que la burocracia se interponga en el camino del progreso, ni que el despilfarro aumente el costo.
El gobierno debe ser un socio –no un opositor– para lograr que se hagan las cosas. Es por eso que hemos puesto en vigor programas innovadores de análisis y resolución de disputas para acelerar los esfuerzos de recuperación y he eliminado las trabas para la distribución de cientos de millones de dólares en ayuda federal que no se habían repartido.
Esto nos está permitiendo avanzar con proyectos estancados en toda la costa del golfo: construir y mejorar escuelas; invertir en salud pública y seguridad, y reparar carreteras, puentes y casas dañados. Y este esfuerzo se amplificó considerablemente con la Ley para la Recuperación, que ha puesto a trabajar a miles de residentes de la costa del golfo.
Al concluir este esfuerzo, vemos innumerables casos de ciudadanos que cumplen con la parte que les corresponde. En Nueva Orleáns, cientos de niños acaban de iniciar el año escolar en la primaria Langston Hughes, la primera escuela en construirse de cero desde Katrina. El Proyecto de St. Bernard ha reunido a voluntarios para construir cientos de casas, donde la gente pueda vivir con dignidad y seguridad. Les menciono un indicador que nos llena de esperanza: Nueva Orleáns es la ciudad de más rápido crecimiento en Estados Unidos, ya que muchos de los que fueron desplazados están regresando a casa.
En la reconstrucción y recuperación, también debemos aprender las lecciones de Katrina, para que nuestro país esté más protegido y pueda superar mejor las adversidades en caso de desastre. Eso significa continuar reconstruyendo cientos de millas de diques y barreras alrededor de Nueva Orleáns, y trabajar en afirmar los humedales e islas de barrera que son la primera línea de defensa de la costa del golfo.
En Washington, eso significa prestarle atención a la competencia y responsabilidad, y me enorgullece que mi administrador de FEMA cuente con 25 años de experiencia en el manejo de catástrofes en Florida, estado conocido por sus muchos huracanes. En todo el país, eso significa mejorar la coordinación entre las diferentes agencias, modernizar las comunicaciones de emergencia y ayudar a las familias a planear para una situación de crisis.
En este aniversario, nos concentramos en la amenaza de huracanes. Pero también debemos prepararnos para una gran variedad de peligros, desde incendios forestales hasta terremotos, atentados terroristas y enfermedades pandémicas.
En particular, mi gobierno está trabajando enérgicamente con gobiernos estales y locales, y con aliados en todo el mundo, para prepararnos para el peligro que representa el virus H1N1. Para averiguar más sobre las medidas simples que pueden tomar para su propia seguridad y la de su familia en caso de peligro, sírvanse visitar www.ready.gov.
Entonces, en este día, conmemoramos una tragedia que afectó a nuestro pueblo. Pero también debemos recordar que toda tragedia trae una oportunidad de renovación. Es un concepto intrínsecamente estadounidense, que la adversidad
puede producir esperanza, y que las lecciones del pasado son la clave de un futuro mejor.
Desde las calles de Nueva Orleáns hasta la costa de Mississippi, la gente está iniciando el próximo capítulo de su historia estadounidense. Y juntos podemos asegurarnos de que el legado de una tormenta terrible sea un país más seguro y mejor preparado para los desafíos que puedan presentarse.
Gracias.