MENSAJE SEMANAL: El Presidente Obama promueve normas más fuertes para Wall Street para proteger a los consumidores

Declaraciones del Presidente Barack Obama Mensaje semanal 19 de septiembre, 2009

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Los líderes de las principales economías del mundo se reunirán la próxima semana en Pittsburgh por segunda vez este año. La primera reunión de los países del G-20 en abril tuvo lugar durante la peor parte de la crisis financiera internacional, una crisis que requirió de cooperación internacional sin precedente para impulsar las economías del mundo e interrumpir la vertiginosa caída que afectaba a todos nuestros países.
En la cumbre de la próxima semana, lo que en efecto haremos es un análisis a cinco meses de las medidas que cada país ha tomado –separada y conjuntamente– para acabar con esta crisis económica. Lo bueno es que hemos alcanzado verdaderos logros desde la última vez que nos reunimos, aquí en este país y en todo el mundo.
En febrero, promulgamos la Ley para la Recuperación, que les otorgó ayuda a los estadounidenses que la necesitaban, evitó despidos y puso a la gente a trabajar. Nos hemos dedicado a reactivar el paralizado mercado crediticio y promover los préstamos a los estadounidenses que desean comprar casa o auto, obtener préstamos universitarios o financiar pequeñas empresas. Y hemos hecho un llamado a otros países para que se sumen a nosotros no sólo para aumentar la demanda internacional, sino también para hacerles frente a los problemas subyacentes que causaron, para comenzar, una recesión mundial tan profunda.
Debido a las medidas tomadas por nuestro país y todos los otros, ahora podemos decir que hemos detenido la caída libre de la economía. Pero también sabemos que es necesario hacer mucho más tras detener la hemorragia. Nos queda mucho trabajo por hacer. Sabemos que aún hay mucho por hacer aquí en este país para desarrollar una economía que genere empleos buenos para quienes buscan trabajo hoy en día. Y sabemos que aún tenemos mucho por hacer junto con otros países en todo el mundo con miras a una reglamentación más estricta del mercado financiero y para que nunca nos volvamos a encontrar en la precaria situación que enfrentamos hace apenas un año.
Como les dije esta semana a los líderes de nuestro sector financiero en la ciudad de Nueva York, el retorno a la normalidad no puede llevarnos a la pasividad. Para proteger nuestra economía y a la gente de otro colapso bursátil, nuestro gobierno debe reformar de manera fundamental las normas que rigen las firmas financieras y el mercado para que estén a la altura de los desafíos del siglo XXI. No podemos permitir que el afán de ganancias rápidos y enormes bonos para los ejecutivos, producto de planes imprudentes, eliminen la seguridad en todo nuestro sistema financiero y que los contribuyentes terminen pagando las consecuencias. Y como la principal economía del mundo, debemos ser líderes, no solamente de palabra, sino también con nuestro ejemplo, con el entendimiento de que en el siglo XXI, las crisis financieras no respetan fronteras. Todos nosotros debemos actuar más responsablemente a favor de un futuro económico mejor.
Es por eso que en la cumbre del G20 de la próxima semana, hablaremos sobre algunas de las medidas necesarias para proteger nuestro sistema financiero mundial y eliminar las lagunas normativas en todo el mundo, las cuales permitieron los tipos de riesgos imprudentes e irresponsabilidad que llevaron a la crisis. Por eso, he instado al Congreso a que ponga en vigor una serie de normas estrictas de sentido común que protejan a los consumidores del abuso, permitan que el mercado funcione de manera equitativa y libre, y que ayuden a evitar que una crisis como ésta vuelva a suceder.
En estas reformas es fundamental una nueva Agencia de Protección Financiera del Consumidor. Uno de los motivos de esta crisis, aparte de las decisiones tomadas en Wall Street, fueron préstamos hipotecarios insostenibles en todo el país. Si bien las personas se endeudaron más allá de sus posibilidades, con frecuencia, firmaron contratos que no entendían del todo, ofrecidos por prestamistas que no siempre les dijeron la verdad. Es por eso que necesitamos normas claras, que se apliquen claramente. Eso es lo que hará dicha agencia.
Los consumidores no deberían tener que preocuparse de contratos de préstamo redactados con el objetivo de confundirlos, de cargos escondidos relacionados con sus hipotecas y de multas que surgen sin advertencia clara en sus estados de cuenta de tarjeta de crédito o débito. Y los prestamistas responsables, incluidos los bancos comunitarios, que tratan de hacer lo correcto no deberían tener que preocuparse de que los lleve a la ruina la competencia de entidades inescrupulosas no reglamentadas.
No debe sorprender que cabilderos que representan a los grandes bancos de Wall Street estén esforzándose tanto por mantener las cosas como están y por detener las reformas que los harían rendir cuentas. Pero no podemos permitir que triunfe el status quo en la política para que se mantenga el status quo en los negocios. No podemos permitir que los intereses específicos de unos pocos prevalezcan por encima de los intereses de todos nosotros. No podemos olvidar lo cerca que llegamos del abismo ni perpetuar el sistema con serios problemas y falta de responsabilidad que lo hicieron posible.
En las semanas y meses venideros, tenemos la oportunidad de sumarle al trabajo que ya hemos logrado. Una oportunidad de sentar nuevas bases para una economía mundial con mayor solidez que nunca; la oportunidad de no sólo proteger al pueblo y la economía estadounidense, sino también de promover el crecimiento y la prosperidad sostenidos y equilibrados a favor de nuestra nación y todas las demás. Es una oportunidad que estoy decidido a aprovechar.
Entonces, gracias por escuchar y gracias por sintonizarnos, y a nuestros amigos judíos que están celebrando Rosh Hashanah, les deseamos salud y felicidad en este año nuevo. Shanah Tovah.