Migración, histórica compañera

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Hablar de migración es hablar de la historia del hombre. La supervivencia solía ser la motivación antaño. Ahora lo importante a más de sobrevivir es mejorar sustancialmente las condiciones laborales y  de vida en general.
           
El fenómeno migratorio internacional es consecuencia del crecimiento y desarrollo de ciertos lugares que se convierten en apetecidos y movilizan tanto a personas en edad laboral como a poblaciones vulnerables.

Paradójicamente, algunos países en vías de desarrollo, a pesar de una larga historia de emigración, como es el caso de Ecuador, están recibiendo en la actualidad inmigrantes. Si bien, en los primeros años del siglo XX, migraron las familias pudientes (el origen de su riqueza provenía de la exportación de cascarilla, caucho, cacao, etc.) por motivos de estudios, fueron en los años 50 las familias pobres las que lo hicieron en busca de mejores condiciones económicas En 1999 se registró la mayor migración ecuatoriana (20% de la población, aproximadamente   tres millones de personas) propiciada por la crisis bancaria.

Inicialmente la recepción de migración en Ecuador fue de ciudadanos árabes, judíos y europeos atraídos por los potenciales ingresos económicos y para escapar de las guerras. En el siglo XX fueron razones políticas las que hicieron que se recepcionasen a argentinos, chilenos y uruguayos.

Ecuador hoy  recibe a miles de personas, entre otros, colombianos, refugiados temerosos de los ataques de las guerrillas de las FARC. Con la dolarización de Ecuador en el año 2000, estamos asistiendo a la recepción migratoria (peruanos, colombianos venezolanos) por causas económicas. También están migrando hacia esta latitud, inversionistas o quizás volviendo los que se fueron en momentos de crisis.

Pero no olvidemos que Ecuador es un lugar de una belleza natural sin igual (es el país al que pertenecen las Islas Galápagos), contamos con climas y microclimas que varían durante el año sin llegar a ser extremos y todo ello de por sí hace que Ecuador sea un lugar idílico para establecer nuestro hogar.  
Lupita de Strobel