By Zulma Arroyo
(Versión en español al final)
It is hard to admit that we live in a society where negativity rules and problems abound. No wonder we can’t seem to find viable solutions, even to the simplest glitches! However, we could start by calling into existence the positive effects we want to see in the world.
And, isn’t that what faith is all about? Faith, “…the substance of things hoped for, the evidence of things not seen.” (Hebrews 11:1) At the very least, we should hope to improve our small corner of the world.
Just imagine that you have a crisis that involves your family and you’re sent to a ‘Family Crisis Center.’ What would you see there? Almost certainly, you’d see people stressed, confused, angry, disillusioned, uncaring. And, the energy in the place will be palpable and odds-on oppressive.
Now, imagine that the place where you are sent is called a ‘Family Resolution Center.’ There, everyone focuses on solutions rather than problems, positivity rather than negativity, and good customer services rather than frustrated interactions.
This focus on solutions brings a new energy to the place. There, people experience hope, compassion, understanding, light and love. Why would a name make a difference? When we call forth what we want rather than want we don’t want, the energy changes.
You probably think I am a dreamer. And, I would say ‘yes’. I am a positive person that dreams of a time when we treat each other with respect, compassion and love. I believe it is possible, even now. If we view problems with the end in mind, we could change helplessness into hopefulness.
Problems are opportunities to express the characteristics of a caring society. With heightened awareness we can have the power to change lives, our own and those of others. This is possible when we open ourselves to inner guidance, individually and collectively. From this perspective, the connective Spirit allows us to see that everything is one and full of grace.
Therefore, in this higher level of being we experience an elevated vibration and energy that transform entire environments. We can even perceive the collective sounds of individual notes forming the beautiful symphony of heavenly love.
For this love always seeks to be expressed in the heart of every being. And, the pearl of great price, which is mostly hidden in the mire of negative environment, wants to be allowed to shine forth. Yes, “all is not pretty but we can make it so,” I believed it when I heard during my quiet time and so I share in the hope that we all follow the guidance that reproduces Love that never ends.
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Es difícil admitir que vivimos en una sociedad donde la negatividad reina y los problemas abundan. Sin duda es la razón por la cual no podemos encontrar soluciones viables, ni siquiera a las situaciones más simples. Sin embargo, podríamos comenzar llamando a la luz los efectos positivos que queremos ver en el mundo.
Y, ¿no es ese el significado de la Fe? “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Heb. 11:1). A lo mínimo, deberíamos tener la esperanza de mejorar la pequeña esquina del mundo.
Imagine que tiene una crisis familiar y lo envían a un “Centro de Crisis de Familia.” ¿Que vería allí? Lo más probable, vería gente estresada, confundida, enojada, desilusionada, despegada. Y, la energía del lugar sin dudas seria palpable y apuesto que sería opresivo.
Ahora, imagine que lo envían al “Centro de Devoción a la Familia.” Allí el personal se enfoca en las soluciones en lugar de los problemas, en lo positivo en lugar de lo negativo, y en el buen servicio al consumidor en lugar de las interacciones frustrantes.
Ese enfoque en soluciones atrae una nueva energía al lugar. Allí, la gente percibe la esperanza, compasión, entendimiento, luz y amor. ¿hace una diferencia el cambio del nombre? Si. Cuando llamamos las cosas por lo que queremos en lugar de lo que no queremos todo cambia.
Supondrá que soy una soñadora. Y a eso digo, sí. Soy un ser positivo que sueña con el día en que nos tratemos con respeto, con compasión y con amor. Es posible, eso creo, aún ahora. Al imaginar la solución de la circunstancia puede cambiar la desesperanza a la esperanza.
Los problemas son oportunidades para expresar las características de una sociedad caritativa. Con la conciencia más alta demostramos el poder de mejorar vidas, la nuestra y la de otros. Esto es posible cuando nos abrimos a recibir la guía interna, individual y colectivamente. Desde esta perspectiva, el Espíritu conectivo nos permite ver que todo es uno y lleno de gracia.
Por tanto, en este alto estado de ser, experimentamos una vibración elevada y la energía que transforma ambientes enteros. Más aún, podemos percibir los sonidos combinados de las notas individuales que producimos y que forman la hermosa sinfonía del amor divino.
Pues este amor siempre busca expresarse en el corazón de cada ser. Y, la perla de gran valor, que se encuentra en estos momentos escondida en la mugre de la negatividad, quiere brillar sin barreras. Ciertamente, “no todo es bonito, pero podemos lograr que así sea.” Esto creí cuando lo escuché durante mi tiempo meditando. Lo comparto con la esperanza de que juntos sigamos la guía que reproduce el Amor que nunca termina.
