Octubre es el mes de mis cumpleaños

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Octubre es definitivamente el mes de los cumpleaños y de los nacimientos, por lo menos en mi familia. Empezamos con el uno de octubre celebrando el cumpleaños de mi padre que acaba de cumplir 79 años creo… porque si esto fuera cierto ha tenido 77 años durante 2 años. La información sobre las fechas de nacimiento la posee mi madre en su cabeza así a lo mejor celebramos los 80 de mi padre el año que viene o a lo mejor no. El 1 de octubre también es el cumpleaños de uno de mis numerosos primos así que el intercambio de llamadas de teléfono entre sobrino y tío parece un chiste.

Antes de llegar a la fecha más importante de la familia, el 12 de octubre, hay que pararse en el 11 que es el cumpleaños de otro primo que nació un día antes que mi hermano.

El 12 de octubre es una fecha importante para todo el mundo, celebramos el descubrimiento de América y el día de la Hispanidad; para España, celebramos la patrona de España (la Virgen del Pilar) y para mi familia. Mi tía, Amalia del Pilar, se casó un 12 de octubre y ese día en el banquete, mi abuelo paró la celebración para anunciar que mi hermano acababa de nacer. Es una anécdota de nuestra familia que conocemos todos.

Con mi hija, panchurrona y tranquila, salía de cuentas el 1 de octubre, día que no nació pero… el 2 seguro que nace porque cambia la luna, el 3 seguro que nace porque he soñado con ella, el 4 seguro que nace porque es el cumpleaños del vecino de enfrente, el 5 seguro que nace… y así hasta el 11 de octubre. El ginecólogo aburrido de tanta consulta sentenció.

“Mañana provocamos el parto”.

Mi hija que lo de las provocaciones no le va decidió nacer “por su cuenta” así que en la madrugada del 12 de octubre me puse de parto, me lavé el pelo porque no quería recibir a mi hija fea y despeinada y a las siete de la mañana estábamos en la clínica, el ginecólogo pensando que iba a estar más tiempo con las contracciones no llegó… le vi aterrizar solo para decir hora del nacimiento 8.04.

El verano pasado, mi hija y yo, cumplimos un deseo, ir de vieje a Zaragoza para visitar la Basílica del Pilar y para que la Virgen conociera a “su niña” fue muy emocionante.

Pero sigamos con nuestro octubre que todavía no han acabado las emociones ni los cumpleaños. El 19 de octubre es el cumpleaños de mi hijo mayor, ese día salía de cuentas y ese día nació. Por la mañana, y en la consulta del ginecólogo, me echaron a patadas porque a las primerizas siempre se le alarga el embarazo. Total… que la primeriza dio a luz el día que salía de cuentas y casi se pierde al niño por el camino.

A las 18.43: llamo a mi madre porque noto como un pequeño calambre en la barriga, poca cosa pero yo quiero ir al hospital. Mi madre, la abuela del mundo “por mis nietos mato”, con lágrimas en los ojos gritando:

¡Espera, espera que llego mañana!

Habíamos comprado el billete de avión para el 20 de octubre por el cuento de las primerizas. Salimos de casa, cogemos el coche, aparcamos, vamos a urgencias me ven…

19.19: Matteo ya está entre nosotros.

Tengo futuro como madre de alquiler. En media hora he dado a la luz un bebé de cuatro kilos.

19.20: llamo a mi madre la cual ajena al nacimiento, me pregunta:

“¿Habéis llegado al hospital?”

“Mamá el niño ha nacido”.

“Espera que voy a abrir el champagne y me cuentas”.

Cerramos el mes de octubre con el día 20, que es la fecha en la cual celebro mi santo. Santa Irene de Portugal una historia trágica con final infeliz que no me pertenece pero que seguramente en algunos de sus malos ratos me identifico. Obviamente el 20 de octubre del año que nació me me toco celebrarlo en el hospital. El padre de la criatura tuvo la grandísima idea de regalarme por el santo un picardías…

La vida nos da señales siempre cuando algo no va bien, a nosotros la oportunidad de entender y… ¡¡¡salir corriendo!!!