“Yo no me considero un cantante profesional, soy un adorador”. Estas sinceras y sabias palabras de Jose Omar se escucharon la noche del viernes 30 de enero en Casa de Esperanza, con motivo de la presentación de su trabajo discográfico “No Temeré”.
Este fue su primer concierto en el estado de Delaware, y contó con la especial presencia de su amada esposa, quien junto a una de sus hijas disfrutó el recital.
El cantante, de origen portorriqueño, es un testimonio viviente de lo que dice la Palabra de Dios en Salmos 33:3 “ Cantadle cántico Nuevo;! hacedlo bien, tañendo con júbilo!”, la version en inglés es un poco más explicita, dice : “Sing unto Him a new song; play skillfully with a loud noise.”
El salmista de esta generación no escapa a los mismos principios que regían a los salmistas del Antiguo Testamento, tomar la Palabra para dirigirse a Dios y a los hombres, compartir sus experiencias espirituales más profundas, hablar de sus luchas y esperanzas, triunfos y fracasos, adoración y rebeldía, gratitud y arrepentimiento, ser un puente de unión entre el inagotable poder de nuestro Dios y la constante necesidad y sed espiritual de nosotros, los seres finitos y mortales.
Por eso un salmista siempre debe tener algo nuevo para contar, porque se nutre de la fuente inagotable de conocimiento de nuestro Dios, y aparte de eso, debe contarlo con excelencia, en las letras que escribe y en la música que usa de vehículo para llevar el mensaje, no debe haber tal cosa como …’es para el Señor y lo hago como puedo, El conoce mi corazón’, no, no, no, la actitud que debemos de tener es, ser concientes de que nuestro Dios se merece lo mejor y todo lo que hagamos para El debe ser buscando la “excelencia”.
Y que bueno que eso es lo que se vió en Casa de Esperanza, y seguramente no es casualidad que así haya sido, porque el Pastor Fontánez es un músico de Dios que siempre aboga por la excelencia, y como dice el dicho: ‘lo semejante atrae lo semejante’ y Jose Omar el salmista de la Iglesia Nuevo Pacto siente y vive la música de la misma manera, y los buenos resultados quedaron en evidencia a los ojos de las casi 70 personas allí presentes, que fueron atendidas y recibidas por el grupo de colaboradores de la Iglesia anfitriona, liderados por su coordinador Saúl Escalante.
A la sólida interpretación de las canciones, el cantante le sumó una espontánea y fresca alusión de su testimonio personal, para cerrar en el final con una meditación acerca de “Creer y esperar los sueños que Dios nos ha mostrado”, era el broche ideal para una noche que testificaba por sí misma que los sueños que Dios había puesto en el corazón del salmista puertorriqueño se habían hecho realidad, para bendición de su vida y todos aquellos que le quieran escuchar.
¡¡Bendiciones a todos!!