Reforma Migratoria: “Sin movilización no ganamos esta batalla”: Congresista Gutiérrez

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WASHINGTON, D.C. – Varios eventos celebraron ayer las contribuciones de los latinos a este país. La Casa Blanca celebró una “Fiesta Latina”, y el plan del primer Museo Latino sigue viento en popa. Mientras tanto, frente al Capitolio miles de inmigrantes pidieron que también se reconozcan sus contribuciones a la economía y la fibra de este país regularizando su situación migratoria.
Tras cabildear en las oficinas de un Congreso enfrascado en el agrio debate del plan de salud, miles de inmigrantes se congregaron frente al Capitolio para escuchar palabras de aliento del congresista demócrata de Illinois, Luis Gutiérrez, en un evento coordinado por la campaña nacional Reforma Migratoria Pro América Gutiérrez aseguró que a fines de noviembre podría presentarse en la Cámara Baja un plan de reforma migratoria mientras delineó los principios que debería contemplar dicha reforma.
Pero Gutiérrez también aclaró que el proceso legislativo comenzará en el Senado por lo cual, aunque se presente un plan de reforma migratoria en la Cámara Baja, la acción legislativa seguiría siendo, con suerte, voluntad política, y sin mayores retrasos en la agenda legislativa, en la primera mitad del 2010, como ya se ha indicado.
“Antes de Acción de Gracias terminaremos con el debate y la legislación de reforma de salud…En diciembre estaremos con el proyecto de energía….y en enero, ya está (iniciarían inmigración)… Esto va a empezar en el Senado. Schumer indica que todo está listo para seguir esos pasos: febrero tener debate y votos en el Senado, y en marzo lo podemos tener aquí (en la Cámara Baja). Pero no podemos esperar a que eso ocurra. Tenemos que estar listos”, dijo Gutiérrez.
Los principios delineados son bastante conocidos: una vía de legalización para millones de indocumentados, las medidas DREAM Act y AgJOBS para legalizar estudiantes y trabajadores agrícolas, que se garantice la reunificación familiar, medidas de seguridad fronteriza y al interior del país correspondientes al Siglo 21, reformar el sistema de visas para que la gente no opte por ingresar ilegalmente a EEUU, una comisión que decida los futuros flujos de trabajadores, y un sistema de verificación de identidad de trabajadores basado en un banco de datos a prueba de errores.
Gutiérrez también enfatizó que la medida no obligaría a las personas a regresar a sus países de origen para regularizarse ni impondría severas multas a ciertos sectores, como por ejemplo, los estudiantes.
Son principios menos severos que los delineados meses atrás por el senador demócrata de Nueva York, Charles Schumer, quien preside el panel de Inmigración del Senado. Schumer, entre otras cosas, habló de un sistema biométrico de verificación que muchos temen resulte en una tarjeta nacional de identidad.
También queda por ver si los principios de una medida “progresista”, como fue descrita por Guitiérrez, tienen el aval de un liderazgo cameral demócrata que hasta ahora ha evitado el tema y que también vela por los intereses de los demócratas conservadores renuentes a la reforma, algunos de los cuales enfrentan la reelección el año entrante.
Con todo, el evento quiso enviar un claro mensaje al Congreso y la Casa Blanca: una vez concluya el debate de la reforma de salud, la prioridad debe ser la reforma migratoria.
La razones son humanitarias, legislativas y políticas.
Sin reforma prevalecerá la incertidumbre, la separación familiar, y se seguirán aplicando leyes migratorias que no solucionan el problema de fondo.
El tema de los indocumentados seguirá surgiendo en cualquier asunto que aborde el Congreso, como ahora con la reforma de salud y el Censo. El año entrante hay elecciones de medio tiempo y la ventana de acción legislativa se reduce.
El lenguaje que mejor entienden los políticos es el de los votos. Cuando comiencen a hacer cálculos rumbo a dos elecciones, en 2010 y 2012, quizá entiendan que la inacción a nadie beneficia.
Eso esperan los inmigrantes, sobre todo los votantes latinos inmigrantes que depositaron su confianza en Barack Obama y siguen creyendo en su palabra.
Gutiérrez lo explicó así:
“Si no presentamos un proyecto de ley claro, abarcador, y en el cual el pueblo pueda creer, lo que vamos a hacer es desmovilizar a la gente. Se van a quedar en sus casas. Hay que darle a la gente esperanza. Si no lo hacemos, no vamos a movilizar a nuestra gente, no van a tener fe, y no vamos a ganar esta batalla”.