Retórica vs Realidad

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Algo no concuerda entre la realidad que viven muchos jóvenes que se beneficiarían del DREAM Act y lo dicho por el presidente Barack Obama en una entrevista con Univisión la semana pasada: “No estamos persiguiendo a estudiantes. Eso es completamente falso”.

Me cuestiono si el presidente realmente no está al tanto de lo que está haciendo el Departamento de Seguridad Interna (DHS).

Son muchos los estudiantes que han enfrentado o enfrentan casos de deportación y de hecho, aún los casos de deportación diferida se han conseguido tras intensas campañas de intervención de los llamados Soñadores y de legisladores y grupos que los apoyan.

Hace un par de semanas, la Secretaria del Departamento de Seguridad Interna (DHS), Janet Napolitano, aseguró que la administración Obama incluso ha empleado su discreción administrativa para diferir deportaciones menos veces que el ex presidente republicano George W. Bush.

Es decir, que bajo la administración Obama ya se han roto dos récords: han deportado más inmigrantes que Bush y han provisto alivio en menos casos que Bush.

Por cada caso de deportación diferida hay tantos otros casos de estudiantes sobresalientes, líderes que están en proceso de deportación. ¿Cuántos son?

¿Cuántos jóvenes elegibles para el DREAM Act han sido deportados? ¿Cuántos están en proceso de deportación?

En una columna previa hablé del caso de Pedro Gutiérrez, de Arizona, traído por su abuela a Estado Unidos cuando tenía siete años de edad. Fueron necesarias tres campañas de presión para diferir por un año la deportación del joven a México. Pedro es huérfano. Sueña con ser un marine.

Nos llama la atención el caso de Mariano Cardoso en Connecticut. Tiene 22 años de edad y 20 de vivir en ese estado. Tiene una orden de deportación pendiente tras ser detenido por autoridades migratorias en su propia casa. Quiere ser ingeniero. Su deportación no ha sido diferida.

Hay muchas más historias como éstas.

El presidente le dijo a Univisión que “con respecto a las deportaciones, hemos reenfocado nuestros esfuerzos en aquellos que se han enfrascado en actividad criminal… no estamos acorralando estudiantes… eso es completamente falso”.

Pero estos jóvenes que han sido detenidos, que enfrentan casos de deportación, o cuyas deportaciones han sido frenadas temporalmente, no son criminales.

Son jóvenes que quieren contribuir al futuro de la nación como profesionales y militares.

Quizá no hay redadas masivas ampliamente publicitadas, pero son muchos los que encaran la deportación o el espectro de la misma.

El DREAM Act, que legalizaría a muchos de estos jóvenes, murió a fines de la pasada sesión de Congreso.

Se anticipan intentos legislativos de promover otra vez el proyecto cuyas posibilidades de avance son inciertas, sobre todo en la Cámara Baja republicana.

El presidente le reiteró a Univisión que el DREAM Act “es lo correcto y seguiré trabajando hasta que lo consiga”.

En el interín, podría proveer algún alivio administrativo a estos jóvenes.

Dijo además que muchas veces la gente subestima “cuán persistente soy”.

Los Soñadores también lo son.