A raíz de la demanda interpuesta por el gobierno de los Estados Unidos para que la ley SB 1070 sea declarada inconstitucional, la gobernadora de Arizona ha afirmado que no cesará en su lucha para proteger su estado.
¿Es temor lo que lleva a la gobernadora Jan Brewer a enfrentarse al mismísimo gobierno federal? ¿Qué pasa por la cabeza de alguien que afirma sin pestañear que la mayoría de los inmigrantes ilegales son transportadores de droga? Quizás tan sólo se trate de un problema de edad… Sería enriquecedor que Brewer contara con más jóvenes en su equipo para que le dieran una visión fresca y comprometida con los derechos civiles de la realidad.
Brewer olvida su doble compromiso con los ciudadanos: como política y como mujer. Como política, tiene la obligación de ofrecer soluciones pacíficas, que redunden en beneficio de todos. Como mujer, el compromiso de alcanzar una solución pactada entre todas las partes haciendo uso del talante conciliador femenino que tantos beneficios ha dado a la alta política.
Ambos compromisos sólo llevarían a la gobernadora a un camino: alentar al gobierno federal para que avance en la consecución de la Ley de Reforma Migratoria.
No es la primera vez que el país ha de superar barreras culturales y raciales. En los 60 Martin Luther King no temió mirar al futuro y luchar pacíficamente en pro de los derechos civiles al decir:
“…Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas…”.
Pero será imposible que los niños hispanos caminen unidos junto a los norteamericanos, si cincuenta años después de la situación que propugnó el famoso discurso del legendario premio Nobel de la Paz, una gobernadora impulsa una ley anticuada y discriminatoria, atentatoria de los derechos civiles y, de muchos de los pilares por los que este país ha luchado. Una ley, que puede hacer que muchos pequeños hispanos se críen en la segregación, la desconfianza o inclusive ellos o sus familias sean víctimas de la deportación.
Rectificar es de sabios, hay que superar el pasado y avanzar, no hay que temer soñar, los sueños pueden ser bonitos y lo que es más importante, hacerse realidad. Gobernadora, no tema avanzar con los tiempos y modernizarse, sea “cool”.