Su voto por un sueño

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Demócratas y Republicanos nos hablan de que Estados Unidos dista mucho de aquél en el que los sueños eran posibles.
Una sociedad y una economía rotas son resultado del aumento de la desigualdad. Reducirla sería la mejor manera de mejorar la calidad de nuestro entorno social y por tanto, la calidad de vida de todos, incluyendo las clases sociales acomodadas.

La Declaración de la Independencia de los Estados Unidos afirma que “todos los hombres son creados iguales”. ‘De facto’, las personas no son iguales entre sí, ya sea por tener diferente potencial para aprender, conseguir logros o por nacer en ambientes sociales diferentes. Los firmantes de la Declaración se referían a una igualdad ante la ley y a la igualdad de oportunidades, pilares de la democracia.
¿Es bueno introducir factores que corrijan la desigualdad social? Parece ser que sí. Según el prof. Wilkinson (University College London) y la antropóloga Kate Pickett (Universidad de York), las sociedades más desiguales son las que tienen los peores indicadores de salud, estrés, violencia y exclusión. Sirva como ejemplo saber que la dieta y el consumo de televisión van asociados en muchos casos a estilos de vida relacionados con bajos niveles de renta y estatus (en Estados Unidos un tercio de la población sufre de obesidad). También el huracán Katrina en Estados Unidos corrobora que la desigualdad minó la confianza, y sustituyó la red de colaboración por violencia.

La riqueza no implica ni mayor igualdad, ni mayor bienestar (Whitney Houston descendida del cielo al infierno en menos de quince años lo corroboraría), si al mismo tiempo la sociedad no adopta políticas de nivelación de renta.
Las sociedades que han eliminado o acortado desigualdades son más felices y éstas son fundamentalmente las escandinavas.

¿Cómo hacerlo? Ahí es donde difieren los partidos. El millonario norteamericano George Soros, en recientes declaraciones señaló que la presidenta alemana Angela Merkel, con su política de recortes económicos está repitiendo los errores que condujeron a Estados Unidos a la Gran Depresión de 1929. Soros recuerda en esa misma entrevista publicada en “Der Spiegel” cómo el Presidente Roosevelt, inspirado en las teorías del economista Keynes, desarrolló para salir de la depresión americana el “New Deal” (“Nuevo Trato”), combinando la reforma del sistema bancario con una mayor inversión en proyectos de infraestructura.

El Presidente Obama ha lanzado en estos días su propuesta para el año fiscal 2013: reducción del déficit e inversiones en áreas clave, tales como infraestructura, educación y manufacturación para continuar siendo competitivos en una economía global, así como inversión en investigación y desarrollo que permitan la creación de nuevos empleos.
El electorado, con su voto, debe apostar por aquéllos que piense ofrecen mejores soluciones para el bien común (y no sólo para el personal).

Por éso es tan importante el voto de la comunidad latina. Quizás sea el voto latino el que pueda convertir de nuevo a este país en la tierra donde los sueños sean posibles. Mientras tanto, parece que si usted quiere realizar el sueño americano, en este momento, tendrá más oportunidades de hacerlo en cualquier país escandinavo que en los Estados Unidos. Increíble ¿no?