Todos los fans de la serie de TV “Sexo en Nueva York” y de la posterior secuela cinematográfica, verán sin duda con ojos benevolantes esta segunda entrega.
Aquéllos que no siguieron la serie televisiva de HBO verán este filme como una película de entretenimiento con algún momento divertido, alguno de mal gusto y, poco más.
Pese a que el guionista firmante es el habitual de la serie, “Sex & the city 2” no está a la altura de sus predecesoras.
En esta ocasión cuesta conectar con las cuatro amigas residentes en Nueva York a las que, al cabo de dos años parece habérseles olvidado las líneas maestras de sus personalidades.
Sus arquetipos se desdibujan como estelas en el mar. Aquellos diálogos irónicos y chispeantes, sólo fluyen en momentos puntuales del filme.
La tensión narrativa no existe. “Las chicas” merecían mucho más. ¿O es que las mujeres casadas y con hijos ya no tienen problemas y necesitan buscarse situaciones de difícil credibilidad para la mujer media?
Vestuario, dirección, interpretación y producción están a la altura de siempre, pero lo que los seguidores de Carrie, Samantha, Miranda y Charlotte deseaban era escuchar y conocer sus problemas como mujeres adultas con el desenfado e ironía habitual en ellas y no asistir a la tortura de la interpretación de una supuesta canción de reafirmación en un tan poco creíble como patético karaoke en el lobby de un fastuoso hotel de Abu Dhabi.
Las chicas de “Sex & the city” no cantan, las chicas de “Sex & the city”, con acierto o desacierto, piensan, viven… Aunque no esta vez. Quizás el problema es que, en esta ocasión, el guionista Michael Patrick King no pensó ni en ellas, ni en sus seguidores. Unicamente pensó en la recaudación del filme, que no dudamos será mucho más baja que en la primera parte.
Aún así si quieren pasar un rato distraído vayan al cine y vean esta película o… cualquier otra.
Para ver el trailer de la película
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