Volando bajo

Dover F.C. 2 - Flying Eagles 2 en la primera jornada de la Liga de Dover (LIFUCAD)

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Dover – El día estaba nublado, pero la visibilidad era muy buena. No había viento fuerte, no llovía, todo estaba dado para despegar…

¿Un viaje en avión? No, no… un viaje a la ilusión de un campeonato que recién empieza… La Liga de Fútbol de Dover y sus diferentes equipos, como Las Aguilas Voladoras de los muchachos que llevan la casaca verde de las otras aguilas africanas, la Selección de Nigeria, y por el otro lado los azules del Dover FC, equipo integrado en su mayoría por los jugadores del Holly Cross del campeonato anterior.

Cómo les costó a estas aguilas despegar del suelo de la monotonía. Con un equipo más dedicado a defender que a atacar, con un esquema 4-4-2 que depende de las genialidades de su mejor jugador Andre Powell, pero que aporta muy poco de parte de los demás integrantes. Así y todo se las ingenió para despegar a la victoria a los 44′ con un gol de penal convertido por Powell, después de una innecesaria falta dentro del área. Era el 1-0.

Pero el partido tuvo su Jefe de Operaciones en la torre de control de vuelo del mediocampo Azul, éste abnegado, sacrificado y talentoso volante central llamado Mike Bather controló casi todo lo que pasaba en el campo, o en la pista, evitando que las aguilas despegaran al gol, pero también señalándole el camino a sus compañeros para bombardear las cercanías del área verde.

Bather es un aguerrido jugador, con buen pie, cerebral y pasional… La combinación justa para convertirse en un excelente jugador, al influjo de su fútbol también se destacaron Patrick Mc Clea y George Mannices.

El primer tiempo fue discreto y con pocas ocasiones de gol. El tamaño del campo de juego no ayudó al desarrollo del fútbol.

En el segundo tiempo, la justicia vino en un vuelo heróico del mejor jugador del partido, quien con un remate colocado y potente venció la resistencia del portero Clyburn. Su remate fue un objeto volador no identificado y menos que menos atrapado por el portero verde.

Pero a los 22′ las aguilas voladoras encabezan un contraataque mortal. Dover atacaba con todo, pero descuidaba sus espaldas. Fue así que quedaron en inferioridad numérica y Powell, quién había cometido infracción contra el defensor en la misma jugada, se apoderó del balón, gambeteó al arquero y la tocó suavecita al gol… Un aterrizaje perfecto de Powell y sus aguilas, quienes quedaban muy cerca de la tan ansiada victoria.

Los azules de Dover salieron a cazar aguilas, y su sed de venganza solo paró a los 39′, cuando luego de un pase perfecto de Bather para Mc Clea, el 25 delantero azul, la pateó esquinada a las mallas del nido de las aguilas.
La parcialidad de Dover estaba feliz, los dos equipos también. Dover porque había alcanzado el empate y las aguilas porque sabían que habían sido superadas en el juego y ya no tenían fuerzas para seguir volando contra el viento de Dover.

Final de pista libre, todos a casa… en un partido de bajo vuelo los dos equipos solo empiezan a calentar sus motores.