Yolanda Alvarez: Amor por la vida

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Para Yolanda Alvarez, natural de Tamaulipas la pesadilla comenzó hace quince años cuando sintió en su seno izquierdo punzantes dolores que fueron acompañados de supuración.

Nunca encontraba el momento para visitar al médico hasta que el dolor fue insoportable.
Fue necesario practicarle una mastectomía de
urgencia. El mal estaba tan avanzado que la anestesia no prendía. Yolanda se puso en manos de Dios y la medicina.

“Dios mío, sé que fue mi culpa no cuidarme y
ha de hacerse tu voluntad, pero ¡tengo un niño de
cinco años!”, pensó Yolanda. Le extirparon un tumor del tamaño de un huevo que contenía células
cancerosas.

“Cuando alguien oye la palabra cáncer se deprime, pero ésto a mí no me va a tumbar. Dí pasos cortos pero firmes; agarré fuerza y eché hacia adelante”.

Comenzó el tratamiento de radiaciones, perdió
parte de su pelo y decidió cortárselo totalmente.
“No importa la raza, el color, hay que ayudar a los demás, concientizar a las mujeres para que se hagan las revisiones y el mamograma. La
detección a tiempo salva vidas”.
Dos años después, el cáncer parecía estar
vencido. Pero transcurridos otros dos años los
dolores volvieron. “Era como un piquete
constante”. Estaban de nuevo las células cancerígenas. Abrieron con láser y quemaron las
células malignas. El cáncer nunca volvió.
Médicos, iglesia, familia y amigos ayudaron
a Yolanda en su enfermedad. Sin embargo,
fue vital el que milagrosamente el cáncer fue
agarrado en una fase en la que no había metástasis
hacia pulmones o espalda.
A partir de ese momento, siempre se ha
hecho las revisiones periódicas al menos una
vez al año. Cuando todo acabó tenía ahorrado
dinero suficiente para pagar una cirugía que
reconstruyese su seno. Yolanda utiliza su propia
experiencia para concientizar a la gente.