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Villa Inmigrante: En las calles de Bogotá

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Julián, Carmen y Obed, "La Candelaria"  en el 2024
Julián, Carmen y Obed, "La Candelaria"  en el 2024 (Foto: Obed Arango).

Por Obed Arango

Hace tres años tuve la oportunidad de visitar el barrio de “La Candelaria” en el centro de Bogotá, Colombia. En aquella ocasión compartí de la lucha que inmigrantes de Venezuela libran día a día para sortear la vida. En aquella ocasión también realicé retratos en blanco y negro de miembros del colectivo de artistas que conocí, así que antes de mi regreso imprimí copias de las imágenes y me di a la tarea de visitarles nuevamente. Tener la suerte de regresar, de reconectar a amigos que viven la dura jornada de ser villa inmigrante en Colombia, es un regalo de la vida. Así a un lado de la llamada “Puerta falsa” que se encuentra a un costado de la catedral primada de Colombia, localicé el puesto de mi amiga Carmen, una enfermera profesional que migró hace 8 años, y quien me identificó rápidamente. Nos fundimos en un abrazo y comenzamos a actualizarnos.

Carmen, en La Candelaria, 2021 (Foto: Obed Arango).


Cuando le presenté las fotos que tomé hace tres años y las copias que traje para ella, para Miguel y para Ernesto, miró las imágenes con alegría. Le pregunté por ellos, y ella con seriedad me compartió: “Miguel no está aquí porque está enfermo, pero le puedo llevar la foto, en el caso de Ernesto debes saber que se nos fue, falleció hace un año y medio”. La noticia me tomó por sorpresa. Ernesto quien fuera un profesor de sociología en la Universidad Central de Venezuela, era un hombre joven, un artista de la pintura, del grabado y del papel. Hace tres años le compré una imagen del Ché Guevara y de Gabriel García Márquez, y él añadió como regalo, la imagen de The Beatles. Desde entonces sus obras han sido parte de mi colección de arte. La noticia me dio tristeza. En la villa inmigrante la muerte nos toma por sorpresa y sucede que se muere a la distancia sin regresar a la tierra que nos vio nacer, sin poder despedirse de padre, madre, y familia, Ernesto se fue. En esta villa inmigrante hay muchos “Ernestos” cada día. Carmen me compartió que haría llegar la foto a su familia.

Ernesto, Carmen y Miguel en el 2021 a un lado de “La puerta falsa” comparten su arte (Foto: Obed Arango).


Por el lado de Carmen, me presentó a su pareja Julián, un artista del cuero y del grabado que realiza unas piezas maravillosas como Carmen, juntos levantan sus puestos, miran hacia al futuro siempre con esperanza.