Home Entretenimiento “Challengers” (o la vida en un ‘tie break’ indefinido)

“Challengers” (o la vida en un ‘tie break’ indefinido)

289
0

Por Eduardo Párraga

-“Aquel que dijo ‘más vale tener suerte que talento’ conocía la esencia de la vida. La gente tiene miedo a reconocer que gran parte de la vida depende de la suerte. Asusta pensar cuántas cosas se escapan a nuestro control. En un partido, hay momentos en que la pelota golpea el borde de la red y durante una fracción de segundo puede seguir hacia adelante o caer hacia atrás. Con un poco de suerte sigue adelante… y ganas. O no lo hace… y pierdes” -decía Chris Wilton (Jonathan Rhys Meyer) en la magnífica “Match Point” (2005) de Woody Allen. Y es que, en cine, el tenis es el deporte favorito para emplear como metáfora o alegoría de la vida.

El cineasta italiano Luca Guadagnino también aprovecha las oportunidades que ofrece este juego para construir un puzzle psicológico que abarca, sin desentonar, drama, suspense y comedia.

“Challengers” (2024) da inicio con la final del Challenger de New Rochelle que van a disputar Art Donaldson (Mike Faist) y Patrick Zweig (Josh O’Connor), un encuentro seguido, en primera fila, por Tashi Duncan (Zendaya). Este extraño triángulo esconde muchos secretos y necesitaremos ese agónico partido de tenis para descubrir la vida de cada uno de los vértices. La historia avanzará a saltos temporales entre el pasado y el presente mientras el enfrentamiento en la pista va adquieriendo matices violentos y emocionales hasta devenir en una batalla absoluta.

En una entrevista para ‘ICON’, Guadagnino expresaba sus opiniones sobre el mundo del tenis. Según el director, ‘este deporte supone adquirir un grado de control personal muy violento que conlleva crearse una armadura’. Además, añadía que dicho contexto es perfecto para mostrar una de sus inquietudes artísticas, la represión masculina, así como las formas personales de esconderse. En palabras del cineasta, ‘el hombre teme su propio deseo’. Es probable que, por este motivo, todas las películas de Luca Guadagnino siempre encierren un erotismo latente, anhelante.

“Challengers” logra ‘aces’ desde el principio. El film está lleno de sensualidad y energía. La dirección es electrizante en todo momento, fortalecida por la banda sonora electrónica de Trent Reznor y Atticus Ross; la historia, desconcertante pues nunca sabes qué camino va a tomar. Una película estimulante, sin duda. Zendaya, Mike Faist y Josh O’Connor están excelentes, ofrecen una gran interpretación, a la vez que diferencian muy bien sus caracteres en el pasado y en el presente. El trío sabe hacer naturales y atractivos unos personajes complejos, ambiguos e incluso reservados. Con ellos, la pantalla rebosa tensión sexual, que es más intensa e implacable en los encuentros entre Donaldson y Zweig, llenos de sutiles detalles potentes que definen su atracción mutua.

El guión de Justin Kuritzkes no olvida describir la fortaleza mental característica de este deporte. El tenis es un juego psicológico que exige un equilibrio elegante para mantenerse y engañar al rival. Tácticas que traspasan la pista en el caso de Tashi, Donaldson y Zweig: controladores, celosos los unos de los otros, reprimidos, astutos o intrigantes en su vida diaria.

Eduardo Párraga

Kuritzkes considera que ‘el tenis es un deporte muy erótico. Se trata de mantener distancia entre dos. Nunca hay contacto, solo intentar hacer pensar al contrincante que la pelota va a ir en una dirección para entonces cambiar hacia otra. Hay una profunda intimidad en eso, al igual que mucha represión. Es muy sexy, semejante a un modo de romance victoriano. Y se juega contra alguien del mismo género, así que el tenis, por su naturaleza, llega a ser casi homoerótico’.

Además, el guionista capta la esencia de la atracción hacia el poder. Los personajes encuentran excitación en el potencial profesional, son ambiciosos ante lo único que saben hacer bien, incluso cuando la vida comienza a poner obstáculos o limitaciones en el camino. Eso los convertirá en manipuladores para lograr vivir en otro lo que han perdido. La propia Zendaya explicaba en ‘Variety’ que este peculiar trío usa ‘el tenis como la única forma que conocen de revelarse o comunicarse’.

Con respecto al tema de la ambición, los protagonistas se sinceraron en su entrevista en ‘The New York Times’. Para Josh O’Connor y Zendaya, ‘el tipo de ambición ha cambiado con el paso de los años hacia una búsqueda de ideales más pacíficos, tranquilos y que hagan feliz’. Mike Faist defiende ‘la importancia de hacer las cosas por y para uno mismo y evitar estar pendiente de la aceptación o percepción externa’.

Para aprender a jugar al tenis, los actores recibieron la ayuda de Brad Gilbert, extenista y exentrenador de André Agassi. Un entrenamiento intensivo de seis semanas en Boston consistente en mucho peloteo, mucha técnica, aprender los puntos y la coreografía del guión, y en el que también idearon el tipo de saque característico de Zweig, el personaje de Josh, un estilo clásico propio de un Federer o de un Sampras con un revés a una mano para Donaldson, el personaje de Mike, y el golpe de derecha de Tashi, en el caso de Zendaya. Rodar escenas de tenis no es nada fácil por su gran dificultad para coreografiarlas.

En definitiva, Luca Guadagnino firma una de sus mejores películas como director y nos sumerge en un partido inigualable. Un duelo físico, emocional, más allá de la pista, que comprende toda una vida de unos personajes dispuestos a conseguir romperse el saque con tal de ganar el juego diario de no separarse. Su historia, su competición continúa aunque termine la película. Esa idea de extensión fuera del metraje deja una sensación muy interesante: la realidad es un desafío inabarcable y continuo.

Guadagino saca y devuelve al torneo como si jugase al tenis con el espectador, anotando puntos de set a medida que avanza esta trama cautivadora. La cámara se pasea a sus anchas por la pista desde todos los ángulos posibles. Los recursos visuales son magníficos y muy espectaculares, con planos nadir e inverosímiles en muchos casos. La experiencia, inmersiva y grandiosa hasta el punto de percibir la tensión muscular e incluso el sudor casi de forma palpable.

Para Guadagnino, “Challengers” trata sobre ‘el deseo de recuperar la inocencia’. Sin duda, un premio por el que merece la pena arriesgarse a acercarse a la red para lograr la victoria.