Esta es la eterna pregunta que muchos se hacen, creyentes e incrédulos por igual, todos saben acerca de las eternas consecuencias de abrazar o rechazar el Evangelio. Es eternidad en el cielo con nuestro amado Dios, o es la eterna separación de El y el tormento inagotable de las llamas del infierno, pero aún muchos que han alcanzado la salvación no tienen muy claro cuál es la razón por la cual Dios les salva.
Una respuesta bien contundente y especifica nos la brinda el verso en Romanos 8:29 “…para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.”
¿Por qué es importante saber esto? Para comprender que la razón por la que Dios nos salva es re-crearnos, hacernos, moldearnos, tallarnos a la imagen de su Hijo.
Si vemos el contexto del capítulo 8, Pablo esta hablando de la seguridad que Dios nos da en nuestra salvación, la cual depende de El y no de nosotros, nos muestra la inefable garantía del Espíritu Santo en nuestras vidas, sellándonos, guardándonos, celándonos, capacitándonos para vivir una vida piadosa para la gloria de Dios.
El versículo 28 es siempre usado para alentarnos cuando las cosas van mal o no entendemos porqué se dan de una determinada manera, en contra de nuestras intenciones y voluntad, pero de nada sirve usar ese versículo para alentarnos en la adversidad, si no entendemos que esa adversidad es traída o permitida por Dios para nuestro beneficio espiritual, para conformarnos a la imagen de su Hijo.
La palabra habla de que ‘somos partícipes de los sufrimientos de Cristo’ (Filipenses 1:29; 1 Pedro 1:6-7) y también dijo el Señor que en el mundo veremos aflicción pero que no temamos porque El ha vencido al mundo. (Juan 16:33), así que alentémonos con la hermosa realidad de las promesas de Dios, inspirémonos con la certeza y precisión de sus planes, dejemos que cada día transforme nuestras vidas conforme a lo que El quiere, en la humildad y mansedumbre de Cristo, en la bondad y misericordia de nuestro Padre Celestial, en la santidad y justicia que proviene de la obra perfecta de Cristo, en la comunión inseparable a través de su Palabra.
Desde antes de la fundación del mundo, antes de que el tiempo fuera, Dios eligió salvar a los creyentes de la maldición y muerte de sus pecados, para hacerlos a la imagen de su Hijo Jesucristo, así como creó al primer hombre, Adán, a su imagen y semejanza, ahora la nueva creación espiritual de Dios en Cristo es creada a la imagen y semejanza de Jesucristo, el nuevo Adán, así los creyentes marchan inexorablemente hacia la perfección en la justicia de Cristo, para que vivamos y reinemos con El en el cielo por toda la eternidad.
Recuerda entonces, el propósito de la salvación es, ser creados a la imagen de Jesucristo, nuestro Salvador, para la gloria de Dios.