Compendio SciCheck
Las personas que reciben algunas vacunas que utilizan virus vivos debilitados para estimular una respuesta inmunitaria fuerte y duradera, a veces, liberan pequeñas cantidades de esos virus. Eso es de esperar y no significa que pongan a poblaciones vulnerables “en peligro”, como una publicación sugiere engañosamente.
Historia completa
Vacunarse es la forma más segura de obtener protección contra ciertas enfermedades que pueden ser peligrosas y a veces mortales. Varias vacunas son recomendadas y especialmente importantes en niños, adultos mayores y personas con sistemas inmunes debilitados y sus contactos cercanos, dado que estos grupos son más susceptibles a contraer y sufrir complicaciones por enfermedades que se pueden prevenir.
Los distintos tipos de vacunas funcionan de distintas maneras, pero todas incitan al cuerpo a generar una respuesta inmunitaria contra un patógeno específico, lo que brinda protección contra una enfermedad en particular sin que la persona tenga que enfermarse. Las vacunas con virus vivos atenuados (LAVs, por sus siglas en inglés) contienen una pequeña cantidad del virus vivo que ha sido debilitado. Las vacunas con virus atenuados recomendadas rutinariamente en EE. UU son las contra el sarampión, paperas y rubéola (vacuna MMR, por sus siglas en inglés); la vacuna contra la varicela; la vacuna contra el rotavirus; y la vacuna contra la influenza en atomizador nasal.
Con las vacunas vivas atenuadas, dado que el virus está debilitado pero no inactivado o “muerto”, el virus aún puede replicarse en el cuerpo, aunque mucho menos que un virus natural. Esto crea una protección muy fuerte y duradera, similar a la inmunidad incitada por una infección natural. Esto también significa que el virus debilitado podría ser eliminado o excretado fuera del cuerpo y podría, si se trata de una gran cantidad, potencialmente transmitirse a otros. Pero esto no significa que las vacunas sean perjudiciales o que no deban utilizarse.
“Cuando un patógeno se multiplica en el cuerpo, puede eliminarse en las secreciones respiratorias o en las heces. Llamamos a esto excreción,” nos dijo en un correo electrónico Benjamin Lopman, profesor de epidemiología y salud medioambiental de la Escuela de Salud Pública Rollins de la Universidad Emory. “En algunas instancias, es posible que las LAVs excreten y se transmitan a otras personas. Sin embargo, dado que las LAVs son seguras, esto generalmente no ocasiona un problema”, dijo, refiriéndose a las vacunas con virus atenuados.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, las vacunas vivas atenuadas “normalmente no causan enfermedades como las causadas por la forma salvaje del organismo [virus]. Cuando una vacuna viva atenuada causa una enfermedad, esta suele ser mucho más leve que la enfermedad natural y se considera una reacción adversa a la vacuna”.
Pero una publicación en Instagram da la impresión engañosa que las vacunas vivas atenuadas no son seguras y ponen a los grupos vulnerables “en peligro”.
“¿No se supone que las protegen a las personas vulnerables de las enfermedades? En realidad, laspueden propagar la enfermedad. Tal vez hayas escuchado hablar de esto, se conoce como excreción” dice el texto de la publicación en Instagram, que incluye seis diapositivas sobre la excreción (shedding, en inglés) del virus de las vacunas.
La publicación prosigue citando una línea de un artículo sobre vacunas vivas atenuadas publicado en Nature Biotechnology en 2010.
“Dado que los LAVs (virus vivos atenuados) se excretan de las , a veces presentan un riesgo para las personas nocon inmunidad debilitada” dice la publicación, que dice incorrectamente que el artículo fue publicado por los Institutos Nacionales de Salud.
La publicación luego dice: “Entonces, los niños pequeños, las mujeres embarazadas, los con inmunidad debilitada, los ancianos…..ese grupo de personas que nos dicen a quienes elegimos no que estamos poniendo en peligro”.
Raúl Andino Pavlovsky, profesor de microbiología e inmunología en la Universidad de California, San Francisco, y uno de los autores del artículo citado en Instagram, nos dijo en un correo electrónico que no todas las vacunas vivas atenuadas pueden transmitirse. “La mayoría de las LAV no son transmisibles”, escribió.
Además, agregó, “es crucial enfatizar que los virus de las LAV tienen su patogenicidad atenuada. Esto significa que se replican con menos eficacia y no infectan tejidos y órganos donde pueden causar enfermedades”.
En otras palabras, dado que los virus debilitados se reproducen menos efectivamente que los virus naturales, se excretan menos virus, lo que hace que sea más difícil que otra persona se infecte. Y nuevamente, dado que los virus están debilitados, no pueden producir síntomas en la mayoría de las personas.
Por esta razón, en la mayoría de los casos, incluso las personas que viven con alguien inmunodeprimido pueden, y de hecho deben, vacunarse, incluso con vacunas con virus atenuados.
“Los niños que viven con personas con el sistema inmune debilitado pueden recibir en forma segura todas las vacunas recomendadas de forma rutinaria. Los adultos en el hogar o en contacto cercano con personas con inmunodepresión también deben estar al día con las vacunas recomendadas rutinariamente, para no exponer inadvertidamente a la persona vulnerable a enfermedades prevenibles con vacunas”, como explica el Centro de Educación sobre Vacunas del Hospital de Niños de Filadelfia.
“Ser contacto doméstico de una mujer embarazada o de una persona inmunodeprimida no suele ser una contraindicación para recibir una vacuna”, dice el Libro Rosa de los CDC, que es la guía de vacunación y enfermedades prevenibles con vacunas de la agencia. “De hecho, es de suma importancia que los contactos domésticos de una mujer embarazada o de personas con inmunodepresión estén vacunadas. La vacunación de contactos sanos reduce la posibilidad de que mujeres embarazadas o personas con inmunodepresión se expongan a enfermedades prevenibles con vacunas”.
De las vacunas que se dan en EE. UU., la única vacuna que no debiera administrarse a personas que están en contacto directo con personas inmunodeprimidas es la vacuna contra la varicela, que solo se administra en ciertas circunstancias. También hay algunas precauciones adicionales que se pueden tomar en otras instancias, como explicaremos más adelante. Pero la idea general de que las personas debieran evitar la vacunación por temor a la excreción es incorrecta.
La excreción de algunas vacunas está dentro de lo esperado
El hecho de que algunas vacunas de virus vivos atenuados excreten generalmente no es motivo de preocupación.
La excreción o diseminación del virus de la vacuna contra la influenza con virus vivos es común, según los CDC, especialmente en personas más jóvenes. La excreción no es lo mismo que la transmisión o propagación, dado que la propagación requiere de una mayor cantidad de virus. Según la agencia, se ha registrado transmisión de los virus de la vacuna contra la influenza excretados por personas vacunadas a personas no vacunadas, “pero, no se reportó que esté asociado a enfermedades graves”, explican los CDC. Los contactos directos de personas con inmunodepresión pueden recibir la vacuna contra la influenza con virus vivos, a menos que las personas con inmunidad comprometida estén en un ambiente protegido, según la agencia.
En un estudio clínico realizado en 2006, entre 197 niños de entre 9 meses y 3 años de edad que recibieron una vacuna o un placebo, un 80% de quienes recibieron la vacuna excretaron al menos una cepa de la vacuna y se registró una sola transmisión. La probabilidad de propagación se calculó en 0,58%. “No se produjo ninguna enfermedad clínicamente significativa entre los niños que recibieron las vacuna o el placebo ni en el niño al que se le transmitió el virus de la vacuna”, según el estudio.
Con la vacuna contra la varicela, el fabricante dice que la transmisión del virus de la vacuna “puede ocurrir en raras ocasiones entre vacunados sanos que desarrollan una erupción similar a la de la varicela y sus contactos susceptibles y sanos”. Agrega que de acuerdo a hallazgos de un ensayo controlado con 416 personas que recibieron un placebo, que eran contactos directos de 445 personas que recibieron la vacuna, “si se produjo la transmisión del virus de la vacuna, sucedió en una tasa muy baja y posiblemente sin una enfermedad clínica reconocible en los contactos”. Una persona que se vacuna contra la varicela y vive con alguien inmunodeprimido no necesita tomar ninguna precaución extra, según los CDC, a menos de que desarrollen un sarpullido. Si eso ocurre, la persona vacunada debe permanecer alejada de la persona vulnerable hasta que el sarpullido desaparezca.
Similarmente, se ha detectado excreción y transmisión con la vacuna contra el rotavirus. Según el fabricante, en el ensayo de seguridad y eficacia, se detectó excreción en las heces de 32 de 360 vacunados tras la primera dosis, pero en ninguno de los 249 vacunados luego de dos dosis. La transmisión no fue evaluada en la fase 3 de los estudios, pero ha sido observada.
Por esta razón, los CDC recomiendan que todos lo que viven en una casa con una persona con inmunodepresión tengan especial cuidado y se laven las manos después de cambiar el pañal de un bebé que haya recibido la vacuna contra el rotavirus. Pero de nuevo, esto no es una buena razón para no vacunar al bebé.
Como una revisión realizada en 2008 sobre excreción viral de las vacunas contra el rotavirus señala, “dado que el riesgo de transmisión de la vacuna y, por tanto, de la enfermedad derivada de la vacuna con las vacunas actuales es mucho menor que el riesgo de enfermedad con el rotavirus salvaje en contactos con inmunodepresión, se debe fomentar la vacunación”.
La principal vacuna viva en la cual la excreción viral puede ser un problema real es la vacuna oral contra la poliomielitis. Esta vacuna no se utiliza en EE. UU. desde el 2000, pero otros países la utilizan porque puede prevenir la transmisión continua de la polio y es mejor en esfuerzos de erradicación. La mayoría del tiempo, la excreción viral del virus debilitado de la vacuna no es preocupante, e incluso puede ser beneficiosa porque brinda inmunidad por contacto o vacunación indirecta, como nos dijeron algunos expertos para un artículo anterior.
Pero a veces el virus de la vacuna puede volver a convertirse en un virus más peligroso, que puede causar parálisis. Esto sucede cuando el virus acumula mutaciones tras circular por períodos prolongados en poblaciones con tasas bajas de vacunación o en personas con inmunodepresión. Esa cepa de poliovirus derivado de la vacuna puede excretarse e infectar a otros, poniendo a las personas no vacunadas en riesgo de contraer la polio.
Esto solo resalta la importancia de la vacunación entre grupos vulnerables. La polio fue eliminada de EE. UU. en 1979 gracias a la vacunación generalizada. Y como parte de los esfuerzos por erradicar la polio en todo el mundo, los científicos han desarrollado una nueva versión de la vacuna oral contra la polio, que se comenzó a implementar en 2021, que es menos probable que se revierta y cause brotes de poliomielitis derivada de la vacuna.
Contraindicaciones de las vacunas con virus atenuados
Aunque las vacunas con virus vivos atenuados son seguras en general, tienen contraindicaciones para ciertos grupos y ciertas instancias.
No están recomendadas para personas embarazadas debido a un “riesgo teórico de transmisión del virus al feto”, según los CDC.
Los CDC también dicen que las vacunas con virus vivos en general no deben ser administradas a personas con inmunodepresión grave, tales como personas con leucemia, o personas que están tomando drogas que causan inmunosupresión grave, como alguien que está en tratamiento contra el cáncer. Esto se debe a que es posible que estas personas no puedan limitar la replicación del virus atenuado de la vacuna, lo puede conducir a una enfermedad grave o la muerte. Aun así, algunas personas inmunodeprimidas sí pueden recibir algunas vacunas con virus atenuados de forma segura, por lo que los pacientes deben consultar con sus médicos, dado que las recomendaciones varían caso a caso.
La mayoría de las vacunas con virus atenuados “pueden administrarse de forma segura a personas vulnerables, con algunas excepciones”, nos dijo Lopman, de la Universidad Emory.
“Las vacunas con virus atenuados han sido utilizadas desde que existen las vacunas. Se utilizan ampliamente en todo el mundo y, en general, son seguras”, dijo Lopman. “Las reacciones graves son extremadamente raras”.
Traducido por Catalina Jaramillo.
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