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La santidad de Dios: terrible y maravillosa

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Probablemente, ninguno de nosotros alguna vez ha experimentado el tipo de crudos y salvajes encuentros con Dios, que Moisés, Isaías o aun los 12 discípulos tuvieron. Por eso, cuando hacemos la pregunta, “”¿Qué es la Santidad de Dios?, podemos aprender mucho de las reacciones de esos hombres que se encontraron a sí mismos envueltos en la Santidad de Dios. Esto es algo de lo que encontramos:
1. Cuando Pedro se da cuenta de que está en la presencia de un Dios Santo, él planta su cara en la sucia cubierta del barco y ruega: “¡Aléjate de mí, Señor, porque soy un hombre pecador!”(Luc 5:8)
2. Cuando Dios visitó a los padres de Sansón en Jueces 13:22, ellos se estremecieron de miedo, “Seguramente moriremos, porque hemos visto a Dios.”
3. Cuando Dios se le apareció al pueblo en el Monte Sinaí, aún cuando se vistió de humo y oscuridad, la gente le rogó a Moisés que hablase por ellos porque tenían miedo de morir.
4. Cuando Dios visitó a Ezequiel, llamándolo a predicar arrepentimiento a una gente malvada, él no podía dejar de colapsar como un hombre muerto, y Dios debía levantarle una y otra vez.
Si todo lo que supiéramos acerca de la Santidad de Dios fuera a través de la reacción de la gente ante Él, ¿Qué podríamos concluir? Primero, concluiríamos que Dios tiene un terror en su belleza que parece provocar desvanecimiento crónico. Segundo, concluiríamos que su irresistible esplendor provoca vergüenza personal, dejando a la gente con la conclusión de que deben escapar o morirán. El escritor del libro de Job testifica en Job 25:4b-6 “¿Cómo, pues, se justificará el hombre delante de Dios? (o será legalmente justo)… 5” Si ni aun la misma luna es resplandeciente, ni las estrellas son puras delante de sus ojos,6 ¿cuánto menos el hombre, ese gusano, ese gusano que es el hijo de hombre?«» ¿Qué pasa con la Santidad de Dios que nos llena de temor y desprecio (odio) de nosotros mismos a la misma vez?
Isaías 6 nos da la respuesta. Aquí vemos a Dios llamando a este joven profeta a un duro y casi infructuoso ministerio. Así que con el fin de preparar a Isaías, Dios tiene que mostrarle la razón por la que él está luchando, así que le da una visión de su Santidad.
Isaías 6:1-13, “El año en que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el Templo.”
La cola de la túnica real simbolizaba dignidad y honor. ¿Recuerdan cuán larga era la cola del vestido de la Princesa Diana? , bien, la cola de la túnica real de Dios llenaba el templo – ondulando arriba y sobre los pilotes de mármol.
¡Muy bien, ya entendimos, El es infinitamente Santo!

2 Por encima de Él había serafines. Cada uno tenía seis alas: con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos volaban. 3 Y el uno al otro daban voces diciendo:«¡Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!»4 Los quicios de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la Casa se llenó de humo.
Apocalipsis 4:8 dice que estos ángeles nunca cesan este culto antifonal, desde el momento de su creación un coro llama desde el trono al otro coro, en un ida y vuelta constante, gritando,“” Santo, Santo, Santo”. El Trino Dios es tres veces Santo y es el enorme peso de la santidad de Dios que inspira a estos poderosos ángeles a estallar en culto ensordecedor. Ninguna respuesta otra que la adoración, es la apropiada. Aquí es donde el problema de Isaías comienza.
5 Entonces dije: « ¡Ay de mí que soy muerto!, porque siendo hombre inmundo de labios y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.»
Como todos los otros que se encontraron a sí mismos ante la santidad de Dios, Isaías comprendió que él tenía un problema bien grande, él no era como Dios, específicamente, él no era como Dios en limpieza o pureza, Isaías tenía un corazón sucio e impuro que se traduce en palabras impuras que promueven acciones impuras. Como el mismo Isaías confesó, Toda la cabeza está enferma y todo el corazón desfallece. (Is.1:5) Entonces, ¿cómo puede un hombre pecador posiblemente unirse a la adoración angelical? ¡No puede! Por eso crea su propia canción “¡Ay!, condenación sobre mí.”
En este punto los dioses cobardes de la imaginación humana huyen. Ellos no pueden tolerar un Dios cuya presencia evoca tal autoaborrecimiento. Pero ahí está El, colosalmente elevándose ante nosotros en Isaías 6.
Afortunadamente, este no es el final de la visión, cuando el pecador ve su miserable condición ahí es cuando Dios amorosamente llega para salvarle.6 Y voló hacia mí uno de los serafines, trayendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas.
¿Qué es lo que este altar simboliza? Expiación sustitutoria. Es el altar de Dios donde el cordero perfecto de Dios un día será sacrificado por los pecadores. Es el altar donde la ira de Dios por los pecados de Isaías será satisfecha. Es el altar donde Cristo será juzgado como si hubiera vivido nuestra vida pecaminosa para que nosotros seamos salvos/bendecidos como si hubiéramos vivido la vida sin pecado de Cristo.
7 Tocando con Él sobre mi boca, dijo: —He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa y limpio tu pecado.
¡Oh qué bendito día para Isaías! Él ha pasado del horror y miedo a la jubilosa alabanza. Él ha visto su horrible reflejo en la santidad de Dios, admitido su merecido destino y recibido la misericordia y el perdón de Dios.
Entonces, ¿Qué es santidad? Es la suma total de las perfecciones de Dios, el hecho de que Él nunca hará nada que no sea puro y bueno. Y cuando las criaturas de Dios se topan con su santidad se verán a sí mismas como ellas realmente son y experimentarán una lluvia de perdón. Un Dios sin santidad es un Dios sin punto de referencia para el perdón.