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“Nobody wants this” (o las tribulaciones de un rabino moderno)

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"Nobody wants this" (Póster oficial de la película)
"Nobody wants this" (Póster oficial de la película)

Por Eduardo Párraga

Lo esperable en un género como el de la comedia romántica es encontrar el balance adecuado entre magia y credibilidad, es decir, un argumento idealizado que tampoco tema aportar una buena dosis de realismo, lo cual en este tipo de historias suele ser difícil ya que la gran mayoría aboga por dulcificar todo en exceso hasta dejar en colapso nervioso al espectador.

Digamos que “Nobody wants this” (2024- ), serie creada por Erin Foster para Netflix, trata de navegar entre ese difícil equilibrio y, más o menos, consigue salir airosa. Su intento de combinar hábitos y comportamientos modernos sin desmerecer una forma más clásica de proceder en las relaciones o de interactuar ya es algo de agradecer. Así pues, por lo pronto, resulta importante que “Nobody wants this” pretenda ganarse al público adulto. Ahora solo le falta lograr el respaldo de la audiencia y no correr la misma suerte que otras series que también se alejaron de ciertos estereotipos o defendieron perspectivas tradicionales, caso de “Looking” (2014-2016) o “Uncoupled” (2022), por ejemplo, ambas canceladas injustamente. De momento, ya hay una segunda temporada en camino.

El argumento gira en torno a Joanne (Kristen Bell), emprendedora con su podcast, agnóstica en creencias y amor, quien tras una larga serie de citas fallidas, incluso autoboicoteadas, conoce a Noah (Adam Brody). La conexión entre ambos parece innegable salvo por un gran inconveniente: Noah es rabino, lo que supone que si surgiera la posibilidad de ser pareja, los obstáculos serán numerosos.

“Nobody wants this” es una comedia romántica entretenida, ágil, con capítulos de treinta minutos de duración, cuyo mayor soporte son sus dos protagonistas, Kristen Bell y Adam Brody. La pareja es una poderosa razón para ver esta serie pues logran que sus escenas nunca resulten artificiosas. Los dos actores lucen fantásticos, llenos de compenetración y cada uno aporta un atractivo muy sugerente. Ambos brillan en sus diálogos, mientras que sus conversaciones suenan asombrosamente espontáneas y naturales. Además, por si esto fuera poco, nos regalan uno de los mejores besos que se han visto en las series de televisión en los últimos años, bajo la sugestiva música de Francis and the Lights. Los dos han sido nominados a los Golden Globes, Critics Choice Awards (donde ganó Brody), Screen Actors Guild Awards y es previsible que también consigan optar a premio en los Emmy.

Si algo caracteriza a Kristen Bell, aparte de sus frescas actuaciones, es su maravillosa y magnética voz con la que vuelve a hacer magia en “Nobody wants this”.
Cabe recordar que Bell fue la narradora más misteriosa del Upper East Side en “Gossip Girl” (2007-2012), y su fallido reboot de 2021, de la que todos desconocían su identidad, pero que era omnipresente en todas partes provocando más de una conmoción. Se dejó caer unos cuantos episodios por “Heroes” (2006-2010) y volvió a despuntar en la serie “The good place” (2016-2020) y en la saga “Frozen” (que prepara su tercera parte para 2027) poniendo voz a Anna. Entre medias de todo esto suele encadenar trabajos en varias comedias. Caso peculiar fue su trabajo en la aclamada “Veronica Mars” (2004-2019), serie de culto cancelada tras tres temporadas para ser revivida posteriormente en 2014 a modo de película. Los fans pedían a gritos una continuación, pero nadie apostaba por seguir dando presupuesto, así que la propia Bell junto con el creador y director Rob Thomas idearon llevar a cabo una campaña de crowdfunding con el fin de conseguir fondos para la producción. Gracias al fervoroso apoyo de los seguidores se lograron recaudar dos millones de dólares en unas once horas, hasta alcanzar, poco a poco, los seis millones. En 2019, se anunció por sorpresa una cuarta temporada.

En cuanto a Adam Brody, el actor también sabe lo que es verse involucrado en exitosas series, como “The O.C.” (2003-2007) y su filmografía parece que trata de coquetear entre apostar por cine independiente, combinado con el más comercial.

Los papeles de reparto recaen, entre otros, en Timothy Simons -el atroz Jonah Ryan de la divertida “Veep” (2012-2019)- y Justine Lupe -Willa Ferreyra en la magistral Succession (2018-2023)-, quienes interpretan respectivamente a Sasha y Morgan, hermanos del duo protagonista.

Cierto es que en “Nobody wants this”, una vez más, la sombra de “Sex and the City” (1998-2004) es alargada. El podcast de las dos hermanas también habla sobre sexo, citas o experiencias con los hombres y muchas frases, incluso actitudes, de Joanne suenan a Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker), salvando las distancias. Asimismo, la serie adolece de exceso de complacencia por parte de Joanne y, en algunas ocasiones, puede enervar que injustamente solo el personaje femenino esté dispuesto a ceder en todo. Por suerte, la serie encuentra el equilibrio más allá de ese bache y la recta final deja con ganas de saber qué sucederá en la siguiente entrega.

“Nobody wants this” (Póster oficial de la película)


La acción se sitúa en la ciudad de Los Ángeles y las escenas que se desarrollan en la sinagoga de Noah están rodadas en el Sinai Temple en Wilshire Boulevard, solo que en la serie cambian su nombre a Temple Chai.

Ya puede disfrutar en Netflix de esta primera temporada mientras esperamos una continuación que, con suerte, será estrenada a finales de 2025. Veremos cómo caminan por el alambre de su delicada situación esta pareja de acróbatas enamorados, a la vez que sostienen el peso de su propia ansiedad o la sujeción y el respeto a ciertas costumbres de la religión.

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