Esta medida supone un endurecimiento de la política migratoria del actual presidente a cinco meses de las elecciones presidenciales
A primera hora del miércoles 5 de junio entró en vigor la acción ejecutiva emitida el día anterior (martes, 4 de junio) por la que cerrará temporalmente las solicitudes de asilo en la frontera entre Estados Unidos y México una vez que el número promedio de encuentros diarios supere los 2.500 entre los puertos de entrada oficiales.
Implicaciones de la nueva orden ejecutiva
Conforme señaló el presidente Biden, la nueva medida supondrá un fortalecimiento del proceso de selección de asilo, así como la realización de acciones que permitirán resolver más rápidamente casos de inmigración.
Solo se podrá cruzar entre Estados Unidos y México a través de los puntos oficiales de tránsito. (Los que no respeten esta medida serán arrestados por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y deportados a su país de origen sin derecho a solicitar asilo en Estados Unidos).
Dentro de las medidas adoptadas se incluye la revocación de Visas a directores ejecutivos y funcionarios gubernamentales que se beneficien de los inmigrantes llegados ilegalmente a Estados Unidos.
La administración Biden justifica su decisión en su ampliación de esfuerzos para desmantelar el tráfico de personas y apoyar los procesos de inmigración con la implantación de medidas tales como “Recompensas contra el contrabando”.
En apoyo a la ejecución de las nuevas medidas, el Departamento de Seguridad Nacional ha enviado agentes a la frontera sur y está remitiendo a un número récord de personas a una deportación acelerada, operando más vuelos de repatriación por semana que nunca. (Durante el año pasado, el DHS expulsó o devolvió a más de 750.000 personas, más que en cada año fiscal desde 2010).
Cómo funcionará
“Estas acciones estarán vigentes cuando los altos niveles de encuentros en la Frontera Sur excedan nuestra capacidad de generar consecuencias oportunas, como es el caso hoy. Harán que sea más fácil para los oficiales de inmigración expulsar a aquellos que no tienen una base legal para quedarse y reducirán la carga de nuestros agentes de la Patrulla Fronteriza”, dijo el presidente Biden.
La proclamación se realiza bajo las secciones 212(f) y 215(a) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad suspendiendo la entrada de no ciudadanos que crucen la frontera sur a los Estados Unidos ilegalmente. Esta proclamación va acompañada de una norma final provisional de los Departamentos de Justicia y Seguridad Nacional que restringe el asilo para aquellos no ciudadanos.
Las acciones entrarán en vigor cuando la frontera sur esté desbordada y facilitarán que los funcionarios de inmigración expulsen rápidamente a personas que no tienen una base legal para permanecer en los Estados Unidos.
Finalmente estas acciones no son permanentes. Se suspenderán cuando el número de migrantes que cruzan la frontera entre los puertos de entrada sea lo suficientemente bajo como para que el sistema estadounidense pueda gestionar de forma segura y eficaz las operaciones fronterizas. Estas acciones también incluyen excepciones humanitarias similares a las incluidas en el acuerdo fronterizo bipartidista anunciado en el Senado, incluidas aquellas para niños no acompañados y víctimas de trata.
La medida ha sido anunciada tan solo dos días después de celebrarse elecciones presidenciales en México y tras no prosperar una iniciativa bipartidista urgida por el senador Tom Carper (D-Del) en el Senado de los Estados Unidos el pasado veintidós de mayo.
Las reacciones se han producido inmediatamente
Aunque se presume que la presidenta mexicana electa, Claudia Sheinbaum continuará la línea política migratoria seguida por el presidente López Obrador aún no ha realizado declaraciones oficiales al respecto. Quien sí lo ha hecho por el momento, ha sido el actual presidente mexicano en funciones, quien ha dicho en su conferencia matutina del miércoles que “mantendrá una conversación con Biden”, enumerando las solicitudes que viene haciendo al presidente norteamericano para que legalice a los millones de mexicanos indocumentados que colaboran en la economía de Estados Unidos.
Para Michael Whatley, presidente del Comité Nacional Republicano (RNC), “Si Joe Biden quisiera poner fin al baño de sangre fronterizo, restablecería las políticas de Primero Estados Unidos, del presidente Trump, que mantuvieron alejados a criminales y terroristas”.
“En cambio (añadió Whatley), su orden ejecutiva legalizará a miles de inmigrantes ilegales que cruzan la frontera todos los días y seguirá permitiendo que los ilegales cometan delitos, asesinen a estadounidenses inocentes como Laken Riley, disparen contra agentes del orden y utilicen como refugios nuestras escuelas financiadas por los contribuyentes. La función teatral de año electoral no engaña a nadie: Biden abrió intencionalmente la frontera e invitó a una marejada de inmigración ilegal, pero el presidente Trump detendrá la crisis fronteriza a partir del primer día”.
Para Rafael Collazo, Director Ejecutivo del Fondo de Acción de UnidosUS, “Entendemos que el Presidente Biden está tratando de usar las herramientas que tiene para traer orden a la frontera. Sin embargo, esta medida no aborda la reforma integral que nuestra comunidad realmente necesita. Si bien la orden aborda el problema inmediato de los cruces fronterizos, no apunta a los verdaderos culpables: los traficantes de personas y los contrabandistas de drogas que explotan a los migrantes desesperados.
