‘Benvenuti’ a un nuevo alojamiento en “The White Lotus”, su exclusiva cadena de resorts de confianza, el único hotel capaz de brindar a sus clientes las experiencias más intensas y sorpresivas que se pueden vivir en unas vacaciones. En esta ocasión, podrá disfrutar de los bellos parajes italianos, adentrarse en la cultura clásica, sentir la esencia de ‘la dolce vita’ o conocer alguna que otra costumbre siciliana. Como siempre disponiendo de la mejor de las instalaciones, junto al buen hacer de sus empleados hacia los huéspedes.
Mike White regresa a lo grande y vuelve a ofrecernos su particular sátira social sobre las élites. Cuando parecía imposible igualar el éxito de la primera entrega, esta segunda temporada mantiene el nivel en lo más alto y una vez más es acertada, envenenada y muy entretenida. Es increíble la capacidad del director para hacer tan amenas estas historias entrecruzadas. Había ciertas dudas sobre si esta nueva estancia sería igual de satisfactoria que la anterior, pero han quedado felizmente despejadas; “The White Lotus”, de HBO Max, sigue funcionando a pleno rendimiento.
En esencia, el foco principal sigue siendo el mismo, aquel que representa a la serie: el poder y el estatus, con la respectiva influencia que ejerce sobre los demás, la infelicidad, a pesar de contar con una vida plena, el juego de las apariencias, las inseguridades, sentirse perdido o vacío… Los paisajes vuelven a ser fundamentales al provocar paulatinamente la sensación de amenaza incipiente, algo que también transmiten las obras del maravilloso opening de la serie. Opening, por cierto, con la música de Cristobal Tapia de Veer que reinventa la partitura y la eleva a nuevas cotas con una composición admirable.
Se nos ofrece, pues, un ángulo distinto, sin el menor atisbo de repetición de tramas de la primera temporada. Estas vacaciones incluyen, además, reflexiones sobre el amor y variados problemas de pareja, relacionados con la ponzoña de las sospechas de infidelidades (imaginadas o no). Y por si los huéspedes no tuviesen ya suficiente tensión que liberar en este retiro, se añaden las aspiraciones mundanas de dos prostitutas que pondrán aún más patas arriba al hotel.
Un auténtico invitado del White Lotus sabe batallar muy bien con el autoengaño y la frustración, al igual que con cierta hipocresía escondida, quizá no siempre malintencionada. Además de manejar a la perfección el afilado arte de la crítica, sin cultivar la reflexión sobre uno mismo.
En esta temporada, un nuevo reparto de actores desfila con solvencia por las habitaciones del hotel y solo Jennifer Coolidge regresa con su personaje de Tanya McQuoid, como hilo conductor de la trama pasada, ofreciendo una interpretación incluso más intensa y divertida que la vez anterior. Memorable ese último episodio de esta segunda temporada, con momentos y frases antológicas por parte de Tanya. Aubrey Plaza, Will Sharpe, Sabrina Impacciatore, Meghann Fahy, entre otros, realizan también un estupendo trabajo.
Mike White aporta hábilmente el toque europeo que las imágenes necesitan y combina muy bien ambas culturas: americana e italiana. Además, sorprende la cantidad de referencias y pistas diseminadas en cada episodio y lo bien hiladas que están para que, al final, todo cobre sentido. Las alusiones más explícitas son las relacionadas con “The Godfather” (1972) de Francis Ford Coppola o las que tienen que ver con la leyenda de los bustos de cerámica “Testa di Moro” que decoran las habitaciones. También las hay a clásicos italianos, como la recreación de una de las escenas de “L’Avventura” (1960) de Michelangelo Antonioni, en concreto aquella en la que Harper Spiller (Aubrey Plaza) se ve rodeada de hombres junto a la catedral de Noto. A su vez, “L’Avventura” está protagonizada por Monica Vitti, actriz a la que casualmente pretende emular Tanya (Jennifer Coolidge) en sus paseos italianos. Hay muchos más detalles anticipatorios de la trama que el público podrá encontrar en los capítulos. Algunos no se aprecian a simple vista, otros se dejan para que el espectador saque sus propias conclusiones.
Otro apunte cinéfilo es el brevísimo cameo sin acreditar de Laura Dern poniendo la voz en off a Abby, la esposa de Dominic Di Grasso (Michael Imperioli), quizá a modo de recuerdo por parte de Mike White hacia Dern, ya que ambos crearon la serie “Enlightened” (2011-2013).
Tras arrasar en los Emmy (incluyendo Mejor Dirección, Mejor Guion para Mike White o Mejor Actor de Reparto para el excelente Murray Bartlett) y demás certámenes con su primera temporada, “The White Lotus” sigue triunfando en las entregas de premios. Los últimos discursos de Jennifer Coolidge al recoger sus galardones han sido de lo más inspiradores. -“Siempre tuve grandes sueños y expectativas cuando era joven. Lo que pasa es que, a veces, se frustran por la vida o por lo que sea. Tenía esas ideas gigantes y después te haces mayor y piensas que ninguna de esas mierdas ocurrirá. Mike White, me has dado esperanza porque me has dado un nuevo comienzo”- decía Coolidge al recibir el Globo de Oro a Mejor Actriz de Reparto en los Golden Globes Awards 2023.
Toca esperar para saber a qué nuevo destino nos llevará Mike White en una tercera temporada ya en camino. Recientemente, el creador declaró en un especial de HBO Max que podría suceder en algún punto de Asia. Asimismo, añadió que la trama estaría relacionada con la espiritualidad y la religión, tras enfocarse en los temas del poder y el dinero en la primera temporada, y el sexo en la segunda temporada.
De momento, todo son conjeturas a resolver. Lo que sí está claro es que seguro que será un viaje interesante. Como bien dice Tanya en esta segunda estancia: ”Siempre que me alojo en un White Lotus me sucede algo importante”.
