Al año de la desaparición de Dulce María Alavez, de cinco años (cumplió seis el 25 de abril), del parque público de la localidad de Bridgeton en Nueva Jersey, el FBI continúa su búsqueda bajo la premisa de que está viva.
Los hechos
Era pleno día, la madre estaba distraída por un corto período de tiempo y Dulce y su hermano estaban lo suficientemente lejos, para que el criminal sintiese que era su oportunidad de llevarse a Dulce.
La investigación
“Si estás buscando un niño para llevártelo, vas donde están los niños. El objetivo no era necesariamente Dulce”, dice el agente que lidera el equipo de búsqueda de niños secuestrados en la costa este de Estados Unidos, Daniel Garrabrant.
El 18 de septiembre de 2019 la madre de Dulce, Noema Alavez Pérez (19), llevó a Dulce y a su hermano Manuel (3), al parque. Los niños corrieron al área de juegos y ella permaneció en el coche con otro niño de la familia, de ocho años, para ayudarle con las tareas escolares.
Según los investigadores el secuestrador, descrito como hispano, se llevó a la niña, de origen mexicano, según declaran testigos presenciales.
Unos 10 minutos más tarde Noema Alavez acudió al área de juegos, donde encontró llorando y solo a su hijo de tres años. Creyóo que su hija jugaba al escondite. Media hora más tarde, al no haber rastro de la niña, se comunicó con las autoridades.
El presunto raptor fue descrito como un hombre de aproximadamente 5 pies y 8 pulgadas (1,73 metros) de alto y de entre 30 y 35 años de edad, con acné, de acuerdo con las autoridades.
“Tenemos algunos testigos que vieron a un hombre hispano en el parque dentro y alrededor del patio de recreo que no hemos identificado. No sabemos quién es”, indicó Garrabrant.
Aunque una de las primeras informaciones ofrecidas por un testigo apuntaba a que supuestamente se le vio conduciendo a una niña a una camioneta roja, Garrabrant dice que el dato sobre el vehículo puede no ser preciso.
También indicó que consideran que la niña está viva porque no se han encontrado restos físicos y los buscadores han peinado el área inmediata alrededor del parque, y durante la temporada de cacería no se descubrió nada en los campos y bosques que rodean el lugar donde fue secuestrada.
“Trabajamos bajo la premisa de que ella todavía está viva”, sostuvo, y agregó que a veces la familia es un punto de enfoque de la investigación pero que a lo largo de este caso han continuado cooperando y comprometidos, “y es importante que la comunidad lo sepa”.
Indicó que han pasado miles de horas repasando los vídeos de cámaras de vigilancia de viviendas, edificios y negocios del área en busca de un vehículo sospechoso. El área donde estaban los niños no tiene cámara de vigilancia. El agente explicó además que han descartado casi todos los automóviles que han visto en los vídeos a excepción de 10 a 12 porque sus matrículas no se ven con claridad en las imágenes captadas. “Creemos que, con toda probabilidad, tenemos un vehículo sospechoso en un video en algún lugar”, subrayó.
Las autoridades han investigado también cartas anónimas enviadas en marzo a dos empresas y una biblioteca pública en Ohio con supuestas pistas.
Un mensaje con garabatos en una tarjeta enviado a un casino y pista de carreras en Austintown Township desencadenó una búsqueda con perros y drones por una zona boscosa del área, sin resultados.
La familia también recibió una carta enviada desde Cleveland (Ohio) con siete piezas de papel con frases ilegibles: “Alaska”, “México”, “frontera”, “1776”, “guerra civil”, “pueblo de Nueva Inglaterra” o “hogares infantiles orfanatos”.
Según la familia, parecía la letra de un niño, y les resultaba familiar de alguna manera. El próximo 13 de septiembre habrá un acto para recordar a la niña y una vigilia.