P: ¿Hay alguna relación entre el consumo de paracetamol durante el embarazo y el autismo o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad o TDAH?
R: Actualmente no hay pruebas sólidas de que el consumo de paracetamol durante el embarazo provoque autismo o TDAH en los niños. Los grupos de expertos siguen recomendando el uso del fármaco durante el embarazo cuando sea necesario y en consulta con un médico.
PREGUNTA COMPLETA
¿Tiene el Tylenol alguna relación con el autismo?
¿Es el Tylenol una amenaza para las personas embarazadas y está relacionado con el TEA (trastorno del espectro autista) y el TDAH?
RESPUESTA COMPLETA
Algunos lectores han preguntado si el Tylenol (paracetamol) está relacionado con el autismo o el TDAH, también conocido como trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Una persona reenvió un anuncio patrocinado en Facebook de la página “Child Autism & ADHD from Tylenol during pregnancy” (Autismo infantil y TDAH por Tylenol durante el embarazo), en el que se afirma que “los padres de niños con autismo o TDAH, cuyas madres tomaron Tylenol durante el embarazo, pueden ser elegibles para recibir una compensación legal”. La página sigue publicando anuncios similares, al igual que lo hacen varias otras páginas. Algunos padres han presentado demandas contra los minoristas que venden paracetamol, afirmando que sus hijos desarrollaron autismo o TDAH debido a la exposición al paracetamol tomado durante el embarazo.
Algunos estudios sí han demostrado una relación entre el uso de paracetamol durante el embarazo y el autismo o el TDAH en los niños, pero estos no demuestran que el consumo de paracetamol haya causado las elevadas tasas de autismo y TDAH, afirman los investigadores. Por ejemplo, una persona embarazada que tome paracetamol puede tener un hijo con TDAH o autismo debido a otros factores, como factores genéticos.
Los expertos coinciden en que el paracetamol tiene un rol durante el embarazo, pero que solo debe utilizarse cuando sea necesario y previa consulta con un médico. Evitar el uso de paracetamol para aliviar la fiebre o el dolor durante el embarazo puede tener consecuencias negativas. Por ejemplo, una fiebre incontrolada al principio del embarazo puede dañar el desarrollo cerebral del bebé.
Un portavoz de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) nos dijo por correo electrónico que las pruebas disponibles son “demasiado limitadas para hacer recomendaciones basadas en estos estudios en este momento”.
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés) dijo en una declaración de 2021 que los estudios “no muestran ninguna evidencia clara que demuestre una relación directa entre el uso prudente de paracetamol durante cualquier trimestre y los problemas de desarrollo fetal”. Un representante del ACOG nos informó que la declaración es la comunicación más actualizada sobre el tema. Y una declaración de 2017 de la Sociedad de Medicina Materno-Fetal, que un representante también confirmó que es la más actualizada, encontró que las pruebas sobre un vínculo causal entre el paracetamol y los trastornos neuroconductuales son “no concluyentes”.
Los estudios sobre el paracetamol durante el embarazo presentan flaquezas
El paracetamol, llamado acetaminofén en EE. UU., se utiliza mucho durante el embarazo para tratar el dolor y la fiebre. Es un ingrediente de muchos medicamentos de venta con y sin receta, como Tylenol, DayQuil, NyQuil, Excedrin, Sudafed, Mucinex, Midol, oxicodona, Vicodin y otros.
Como dijimos, algunos estudios han encontrado que las mujeres que informaron haber tomado paracetamol durante el embarazo tenían más probabilidades que las que no lo usaron de tener hijos que más tarde presentaron autismo o TDAH. Por ejemplo, un artículo de 2018 publicado en el American Journal of Epidemiology, cuyo objetivo fue analizar exhaustivamente los datos de múltiples estudios, encontró un riesgo 34% y 19% mayor de TDAH y autismo, respectivamente, en niños cuyas madres tomaron paracetamol en el embarazo en comparación con aquellos cuyas madres no lo hicieron.
Pero esto no significa necesariamente que el paracetamol sea el culpable de estas afecciones. Estos estudios fueron observacionales, lo que significa que los investigadores se limitaron a anotar los niveles de exposición al paracetamol, por lo general basándose en los informes de los padres que participaron en los estudios. Los ensayos controlados aleatorizados, en los que un grupo recibe un medicamento o tratamiento y otro grupo recibe un placebo o la atención habitual, son el criterio de referencia para determinar si existe una relación causal.
Es posible que las personas que toman más paracetamol tengan más probabilidades de tener características que las predispongan a tener un hijo con autismo o TDAH, incluyendo las enfermedades u otros problemas de salud que podrían haber impulsado a una persona embarazada a tomar paracetamol en primer lugar.
Los autores del estudio de 2018 reconocieron este problema al escribir que los resultados “deben interpretarse con precaución dado que las pruebas disponibles consisten en estudios observacionales y son susceptibles a varias fuentes potenciales de sesgo”.
Sura Alwan, epidemióloga especializada en defectos congénitos y codirectora del Sistema de Información sobre Teratógenos de la Universidad de Washington, nos dijo en un correo electrónico que los factores genéticos también podrían ayudar a explicar los resultados. Alwan añadió que no todos los estudios han encontrado una asociación entre el uso prenatal de paracetamol y los resultados del desarrollo neurológico como el autismo y el TDAH.
En cualquier caso, dijo, los estudios “no implican necesariamente una relación causal, lo que significa que no hay pruebas suficientes para afirmar que el consumo de paracetamol cause esos problemas conductuales o cognitivos”.
Algunos investigadores sí creen que las asociaciones son lo bastante preocupantes como para advertir precaución a las mujeres que toman paracetamol durante el embarazo. En 2021, un grupo internacional de científicos, médicos y profesionales de la salud pública publicaron lo que llamaron una “declaración de consenso” en Nature Reviews Endocrinology, que se convirtió en noticia por pedir “medidas de precaución” basadas en datos que indicaban que el paracetamol podría alterar el desarrollo fetal, con un efecto creciente a medida que aumentaba la duración de la exposición.
“Reconocemos que existen alternativas médicas limitadas para tratar el dolor y la fiebre; sin embargo, creemos que el peso combinado de las pruebas científicas en animales y humanos es lo suficientemente fuerte como para que los profesionales de la salud adviertan a las mujeres embarazadas contra su uso indiscriminado, tanto como ingrediente único como en combinación con otros medicamentos”, escribieron los investigadores.
Sin embargo, la afirmación resultó controvertida, ya que otros grupos de científicos insistieron en añadir contexto y explicar por qué el paracetamol podría no haber causado los efectos observados en los estudios.
“En mi opinión, las pruebas son escasas y no creo que exista ninguna relación causal ni de ningún otro tipo entre el consumo de paracetamol durante el embarazo, al menos a corto plazo, y el consiguiente aumento del riesgo de TDAH o TEA (trastornos del espectro autista) en la infancia”, nos dijo en una entrevista el Dr. Per Damkier, profesor y farmacólogo clínico del Hospital Universitario de Odense y de la Universidad del Sur de Dinamarca. Damkier fue uno de los científicos que se opuso a la declaración de consenso.
Múltiples factores contribuyen al autismo y el TDAH. Estos trastornos “tienen una presentación clínica variable, muy difícil de evaluar y asociar a un único factor causal”, afirmó Alwan.
Damkier subrayó que muchos estudios no tienen debidamente en cuenta si los padres padecían TDAH o autismo, que son hereditarios. Citó un estudio que sugería que tener en cuenta el TDAH en los padres probablemente debilita la relación entre este trastorno y el paracetamol.
Según Damkier, muchos estudios se basan también en cuestionarios rellenados por los padres. Estos pueden identificar a los niños con mayor riesgo de TDAH o autismo, pero no sustituyen a un diagnóstico oficial.
Por último, Damkier dijo que incluso si se aceptaran como válidos los análisis de los estudios que muestran un mayor riesgo, “lo cual no debería ser así”, los niveles de riesgo (normalmente entre un 20% y un 30% mayor durante la infancia) representan una “asociación débil”, sobre todo porque suele haber un grado de incertidumbre elevado o moderado en torno a las cifras.
Un examen más detallado de la sangre del cordón umbilical
Un estudio publicado en JAMA Psychiatry de 2019, que se cita en anuncios legales, no se basó en datos autoinformados, sino que examinó las concentraciones de componentes de la descomposición del paracetamol en la sangre recogida en el Boston Medical Center de los cordones umbilicales de bebés al nacer y almacenada para estudios futuros.
Los niños con exposición al paracetamol en el tercio superior, es decir, las concentraciones más altas de componentes del fármaco en la sangre del cordón umbilical, tenían 2,86 veces más probabilidades de un diagnóstico de TDAH y 3,62 veces más probabilidades de un diagnóstico de autismo en comparación con los niños con exposición en el tercio inferior. “Nuestros hallazgos respaldan estudios anteriores sobre la asociación entre la exposición prenatal y perinatal al paracetamol y el riesgo de neurodesarrollo infantil, y justifican investigaciones adicionales”, escribieron los autores.
Los propios autores señalaron algunas limitaciones del trabajo en el momento de su publicación. Las mediciones de la sangre del cordón umbilical no daban una idea de la exposición al paracetamol durante todo el embarazo, sino que mostraban el uso reciente por parte de personas que acababan de dar a luz. Además, “hay que tener cuidado al aplicar nuestros resultados a otras poblaciones con características diferentes”, escribieron. Por último, uno de los autores señaló en un comunicado de prensa que el estudio no demuestra que el Tylenol cause TDAH o autismo.
Damkier y otros autores señalaron que algunas observaciones y las características de los niños del estudio parecían inusuales, por lo que resultaba difícil extraer conclusiones generales. Todas las muestras de sangre del cordón umbilical mostraban exposición al paracetamol, señaló, y había tasas extremadamente altas de TDAH y autismo entre los niños. El estudio también carecía de información sobre el consumo de fármacos o los antecedentes de enfermedades psiquiátricas de las madres.
El paracetamol para tratar el dolor y la fiebre durante el embarazo
Los grupos de expertos afirman que el paracetamol puede ser beneficioso para las embarazadas que sufren dolor o fiebre, y que es posible que no existan buenas alternativas. La declaración del ACOG dice: “El ACOG y los ginecólogos-obstetras de todo el país siempre han identificado el paracetamol como uno de los únicos analgésicos seguros para las embarazadas durante el embarazo”.
Los antinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno y la aspirina, pueden presentar riesgos durante el embarazo. Tomarlos en las últimas fases del embarazo puede provocar problemas tales como un volumen insuficiente de líquido amniótico y el cierre prematuro de un vaso sanguíneo importante del feto. Los opiáceos también pueden dañar al feto y causar síndrome de abstinencia al nacer, además de plantear riesgos para la madre.
Evitar el paracetamol podría tener consecuencias tanto para la madre como para el niño. La fiebre al principio del embarazo puede provocar defectos en el tubo neural que afecten a la formación del cerebro o la médula espinal, dijo Alwan, señalando que es “críticamente importante tratar la fiebre en el embarazo”.
La declaración de la Sociedad de Medicina Materno-Fetal califica el paracetamol como una “opción de medicamento razonable y apropiada para el tratamiento del dolor y/o la fiebre durante el embarazo”.
Los autores de la declaración de 2021 de Nature Reviews Endocrinology sugirieron investigar más sobre el paracetamol durante el embarazo y advirtieron a las mujeres que “renuncien al APAP [paracetamol] a menos que su uso esté médicamente indicado; consulten con un médico o farmacéutico si no están seguras de si su uso está indicado y antes de utilizarlo a largo plazo; y minimicen la exposición utilizando la dosis efectiva más baja durante el menor tiempo posible”.
Este consejo está en consonancia con las recomendaciones que desde hace tiempo se hacen a las embarazadas. “La orientación clínica del ACOG sigue siendo la misma y los médicos no deben cambiar el protocolo asistencial hasta que se realice una investigación prospectiva definitiva. Lo que es más importante, los pacientes no deben temer no hay que asustar a las pacientes por los muchos beneficios que ofrece el paracetamol. Sin embargo, como siempre, cualquier medicamento que se tome durante el embarazo debe utilizarse solo cuando sea necesario, con moderación y después de que la paciente embarazada haya consultado con su médico”, dice la declaración del ACOG.
“Es importante que las mujeres embarazadas y todas las mujeres en edad reproductiva que puedan quedar embarazadas consulten siempre a su médico para encontrar la mejor opción de tratamiento para el dolor o la fiebre durante el embarazo, que puede ser tomar la dosis recomendada de paracetamol y asegurarse de estar bien hidratadas y descansar mucho”, dijo Alwan. Las personas que tengan preguntas sobre la medicación durante el embarazo o la lactancia pueden ponerse en contacto con organizaciones como MotherToBaby, añadió.
Un portavoz de la FDA nos comunicó por correo electrónico: “La FDA es consciente y comprende la preocupación que suscitan los informes que cuestionan la seguridad de los analgésicos de venta con y sin receta cuando se utilizan durante el embarazo. En consecuencia, hemos evaluado los estudios de investigación sobre el paracetamol publicados en la literatura médica y hemos determinado que son demasiado limitados para hacer recomendaciones basadas en ellos en este momento. Debido a esta incertidumbre, debe considerarse cuidadosamente el uso de analgésicos durante el embarazo. Instamos a las embarazadas a que consulten siempre todos los medicamentos con sus profesionales de atención de la salud antes de utilizarlos. Las etiquetas del paracetamol contienen la siguiente información relativa al embarazo: ‘Si está embarazada o en período de lactancia, consulte a un profesional de atención de la salud antes de utilizarlo’. La FDA continúa revisando la literatura publicada y vigilando los efectos potenciales del paracetamol”.
El portavoz concluyó compartiendo un enlace a una Comunicación de Seguridad de Medicamentos de 2015 que describe una revisión de la FDA sobre los riesgos de los analgésicos durante el embarazo. El documento señalaba que el dolor intenso y persistente, cuando no se trata eficazmente, puede provocar depresión, ansiedad e hipertensión en la embarazada.
Traducido por Claudia Cohen.
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