‘La Casita’ en Georgetown ofrece ayuda a los más pequeños

El programa tiene un acuerdo de mutuo beneficio con Del-Tech

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El pequeño edificio del 107 N King St de Georgetown es mucho más que una escuela de tarde para niños. Es un lugar donde unas personas ayudan a otras, mientras construyen comunidad -tal y como dice el lema de First State Community Action Agency sin cuya ayuda no existiría “La Casita”-.

“Es importante que los hispanos y las minorías busquen escuelas de ayuda después de la escuela para que los niños saquen buenos grados y calificaciones”, dice Enma Rodríguez, de origen guatemalteco y alumna de Human Services en DelTech. Enma pensó que si ella asistía a la escuela para mejorar sus conocimientos y obtener buenas notas, otros podrían beneficiarse también de la enseñanza.

Habló con la Dra. Ileana Smith, vicepresidenta de Delaware Technical y Directora del Campus de Owens (Georgetown), y la convenció para que hablase a los padres de las oportunidades de que sus hijos tuviesen estudios superiores con la ayuda de becas, etc.

Para todo ello se necesitaba que los pequeños tuviesen las mejores calificaciones posibles desde sus inicios. La Casita era el marco ideal para un programa de apoyo a los niños en sus tareas escolares.

Así surgió la cooperación entre alumnos de Delaware Technical College y La Casita y se desarrolló un bonito proyecto: maestros y voluntarios, algunos de ellos son o fueron estudiantes de DelTech, ayudan a los más pequeños a hacer sus tareas escolares.

“Organizamos dos turnos de niños. Para el primer turno una van recoge a los pequeños, pero a los del segundo turno los tienen que traer sus padres” nos dice , Joe McCarron, director ejecutivo de La Casita. “No podemos tener a todos al mismo tiempo porque el espacio es pequeño y estarían amontonados”.

Mc Carron nos presenta a maestras y voluntarias que están dando clase en el centro el día de la visita. Keenyo Cha y Eunjoo Kim de Corea, Ping Chen de China, Carina Braemer de Japón, Rosa Olivares de Perú, Joan Ferreira, Ariadna Agúero y Ludivina Felix Marroquín son algunas de ellas, otras como Enma Rodriguez y Marta Perezno (maestras de 3º y 4º grado) están en otros turnos. “Todos se ayudan entre sí, ellas a los niños y los niños a ellas”, “apreciamos mucho su ayuda” añade el Prof. McCarron.

“Me gustan los niños, vengo de una familia numerosa”, dice Joan, maestra de profesión y madre de dos hijas que ha colaborado en el proyecto de “La Casita” desde sus inicios en 2001. Para voluntarias como Keenyo, antigua alumna de McCarron, es una forma de enseñar a los niños sus conocimientos de gramática y a la vez vencer su timidez al hablar inglés.

“Hablar con los niños en inglés me obliga a mejorar mi pronunciación” nos dice Rosa, quien era contadora en su Perú natal.

Ludivina, de origen guatemalteco se prepara para ser enfermera en el futuro “el horario es perfecto para compatibilizarlo con mis estudios”.

El trabajo de Ludivina Félix Marroquin, Ariadna Aguero, Enma Rodriguez y Marta Perez como maestras de 1º a 4º grado respectivamente de La Casita compatibilizándolo con sus propios estudios personales, fue reconocido por El Centro Cultural con su invitación a la gala de DelTech “Starry, Starry, Night” dedicada a Africa, y celebrada recientemente en dicho College.

Por razones de espacio no podemos mencionar todos los colaboradores del programa, pero su nombres quedarán grabados con letras de oro en el corazón de la comunidad . Su trabajo con los niños es decisivo en el futuro educativo y personal de estos pequeños a los que les van a dar la oportunidad de conseguir un futuro mejor.