Los secretos del tío Oscar

83ª ceremonia de entrega de los Oscar de Hollywood

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El mismísimo rey de Inglaterra gano la batalla a la popular y millonaria red social de facebook. Natalie Portman, se coronó como mejor actriz del año por Cisne Negro y, Javier Bardem no pudo impedir que Colin Firth pronunciase su discurso no como rey, sino como mejor actor del año.

Pero ¿qué es lo que mueve, qué significa y cómo se organiza uno de los mayores eventos del año celebrado el pasado Domingo 27 de Febrero?.

La ceremonia, concebida para ser uno de los espectáculos televisivos de más audiencia del año en el mundo, es hoy en día un trabajo de producción increíble que cada año intenta sorprender a los mil millones de espectadores que congrega delante del televisor a finales del mes de febrero.

El escenógrafo de la Metro Goldwyn Mayer Cedric Gibons diseñó el primer boceto del premio: una estatuilla, con forma masculina, de pie sobre un rollo de película sosteniendo una espada entre las manos. El boceto acabó construido en metal, fundido en bronce y bañado en oro de catorce quilates con una altura de 34 centímetros.

Una de las leyendas que circulan es que la actriz Bette Davis vió por primera vez la estatuilla desnuda y comentó que se parecía a su marido, Harmon Oscar Nelson, Jr.

Pero realmente la primera vez que se le llamó Oscar fue en la ceremonia de 1934 en la que Walt Disney al recoger uno, por la película “Los tres cerditos” expresó las gracias “por recibir un Oscar” y desde ese mismo momento el nombre quedó asociado para siempre a los premios de la Academia.

Todos los premios se entregaron en el transcurso de una cena para 250 comensales en la que todos los galardones se entregaron en poco más de cinco minutos.

Todo ha cambiado mucho y no sólo las películas, de la primera ceremonia a la última. Las diferentes sedes en las que se ha ido celebrando el evento se han ido adaptando a sus necesidades, nada que ver esos 250 comensales a los 3300 que hoy pueden entrar en el Teatro Kodak.

El Teatro Chino de Hollywood, El Teatro Pantages, el Hotel Ambassador, El Santa Mónica Civic Auditórium, El Dorothy Chandler Pavilion, El Shrine Auditórium y, por último, el Teatro Kodak, que se construyó en el año 2000 para convertirse en la sede permanente que, aunque, tiene menor capacidad que alguno de los anteriores, fue concebido para la celebración y retransmisión de la ceremonia por la televisión, durante la que un anuncio publicitario en la cadena ABC cuesta más de 1.250.000 dólares.

El diseño del Kodak hace que la entrega de premios sea más cercana al espectador con 120 personas de producción y 22 cámaras situadas incluso detrás del escenario. Los palcos laterales, especialmente diseñados para los invitados que van a recibir los premios honoríficos y humanitarios, hacen que la gala adquiera un carácter más protocolario que en ediciones pasadas.

Diferentes maestros de ceremonias han pasado por los diferentes escenarios de la gala. Los que más veces lo han presentado han sido: Bob Hope, Johnny Carson, Billy Cristal y Whoopi Goldberg. El actor Hugh Jackman los presentó en el 2009 con un éxito total. Este año la academia a optado por una pareja joven para atraer a un público de menor edad. James Franco y Anne Hathaway.

En la ceremonia nada se improvisa, excepto el momento de gloria de los ganadores con sus discursos. Todo lo demás está ensayado unos días antes y los presentadores leen sus presentaciones e introducciones en un “teleprompter” que tienen situado en la cámara que les graba en directo o falso directo como últimamente está sucediendo para que si algún actor hace o dice algo que no sea del gusto del productor pueda cortarse y no retransmitirse.

Desde hace varias ediciones el atril ha pasado a un segundo plano. El premiado sube al escuchar su nombre y desde el suelo emerge un micrófono con el que el ganador pronuncia un discurso que como se alargue más de la cuenta el realizador se encargará de volver a bajar y dejar al ganador con la palabra en la boca. Treinta y cinco segundos ni más ni menos. En la televisión el tiempo es oro.

Durante la ceremonia es tan importante lo que ocurre en el escenario como en el patio de butacas.

Los actores y actrices nominados, al igual que directores y productores se sitúan en las primeras filas, para que así, si tienen que salir a recoger uno de los premios, no tengan que desplazarse muchos metros hasta el escenario. En los ensayos, grandes carteles con las fotos de los candidatos se sitúan en las butacas para que las cámaras tengan perfectamente localizados a los protagonistas de la noche.

Una vez que se abre el sobre lacrado que contiene el nombre del ganador y éste sube al escenario, su asiento es ocupado inmediatamente por un figurante para que la cámara no tome ninguna imagen del teatro con asientos vacíos.

El premiado y el presentador salen del escenario acompañados siempre por una azafata que les conduce a la sala de prensa situada detrás del escenario con capacidad para 1.500 periodistas donde los medios de comunicación que tienen acceso al teatro les esperan para recoger las primeras declaraciones de los ganadores y para que los fotógrafos puedan inmortalizar el momento.

Nada más terminar esta primera comparecencia ante los medios, el premiado regresa a su butaca y vuelve a seguir la ceremonia con el resto de invitados.

En cuanto al escenario, durante todos estos años hemos visto las mayores innovaciones tecnológicas. En las diferentes sedes que han organizado los premios a lo largo de estos años han aparecido durante la ceremonia dinosaurios, caballos, fuegos artificiales, lluvia, fuentes, fuego, coches, circo y todas las nuevas tecnologías al servicio del “showbusiness”, haciendo posible que hasta el mismísimo “Mickie Mouse” haya entregado un premio.

Como datos curiosos de la producción del evento podemos contar que durante la ceremonia hay un total de 250 figurantes (seat-fillers) cuyo único propósito es llenar los asientos. Hay 40 acomodadores, 300 personas que trabajan en la oficina de producción y 100 vehículos de producción y catering. Durante la ceremonia hay 20 cámaras de alta definición en el interior del teatro y 14 durante el pre-show en el que trabajan aproximadamente 130 personas y otros 350 durante la transmisión de la ceremonia.

Las casi dos horas previas al comienzo de la ceremonia de los Oscars, durante la llegada de las estrellas, se produce uno de los momentos más esperados por millones de fans y mitómanos de todo el mundo.

Hollywood Boulevard la calle donde se encuentra el Teatro Kodak se cierra durante varios días antes para empezar a preparar la alfombra roja . Ciento cincuenta metros de paseo triunfal.

Durante muchos años cientos de limusinas dejaban a las estrellas en la misma puerta del teatro y hacían un pequeño recorrido ante los fotógrafos antes de entrar al teatro.

En los últimos tiempos ha cobrado tanta importancia, que el recorrido es mucho mayor, y el paseo que se dan actores y actrices desde que se bajan del coche hasta que entran en el teatro es uno de los mayores momentos de lucimiento y la alfombra roja se convierte así en el mayor escaparate de moda del año, por lo que los más renombrados modistos internacionales prestan sus mejores diseños a los nominados para que luzcan sus creaciones durante esos minutos de gloria.

14 cámaras y 130 personas se encargan de que el espectador no se pierda ningún detalle y que todo salga a la perfección. En el recorrido hay dos zonas bien diferenciadas, una para nominados, presentadores e invitados de renombre y otra para invitados generales que pasan en un segundo plano para no interferir en la retransmisión. A ambos lados se sitúan dos enormes gradas una para el público y otra para las televisiones. Hay una tercera al final, ya casi en la entrada, para la prensa gráfica.

Enormes figuras que representan el premio de la Academia flanquean el recorrido de los artistas. Una inmensa cortina dorada adorna la entrada del teatro y miles de flores decoran ambos lados de la alfombra roja.

¿Obtuvieron el Oscar sus favoritos? Disfruten las próximas semanas acudiendo al cine y viendo sus trabajos.