Recently, I heard someone relate a story about a group of little frogs that were running a race to reach the top of a tall tree. Many other frogs came to see the race. As soon as it started, instead of cheering them on, the spectators began to yell: “Impossible race!” “They are going to get tired” No one will reach the top of the tree” “There will be no winner!”
As they yelled, many of the little frogs began to drop out of the race. Some stopped because they thought it was impossible, others thought it was too hard, others got tired and discouraged and a few others fainted. Soon, just one continued the race…
Before the person finished the story, I said to myself “I know the little frog cannot hear what they say!” That was the exact reason why the little frog won the race. He never heard the negative comments!
That story, reminded me of a dream I had a few years earlier about a contest called “What’s the story?” A man would ask the contestants “What’s the story?” “What happens next?” and the participants had to tell the man the name of the story and how it would end in order to win the prize. The man kept asking, what’s the story, what happens next…until I woke up.
When I got up, I looked up the phrase “What’s the story?” and found it in the title of a song from British band of the 70s called ‘Oasis’. One particular line says, ‘What’s the story, morning glory, you need a little more time to wake up.”
Since nothing is insignificant and everything is interrelated, I knew the combination of the three: story, dream and song, carried a message for all of us. The message in the story: let us be deaf to the comments that may influence us negatively. The message in the dream: let us remember, that each one of us writes the story and determines what happens next. The message in the song: we must wake up to hear clearly the divinely-spoken words that can encourage us.
In closing, let us run the race with patience; let us not be weary, not be faint, focus on the Lord to renew our strength. And, when others say it is not possible to win the race set before us, remember that with God all things are possible!
…
Recientemente escuché a una persona mientras hacía un cuento. Se trataba de unos sapitos que corrían en una carrera para alcanzar la cima de un árbol muy alto. Muchos sapitos se habían dado cita para ver la carrera. Tan pronto comenzó, en lugar de darles ánimo a los que corrían, los espectadores comenzaron a gritar: “Es imposible! “Se van a cansar!” “¡No podrán llegar a la cima!” “No habrá ganador!” Mientras más gritaban más se rendían los sapitos. Unos dejaron de correr porque pensaron que la carrera era imposible, otros se cansaron, se desanimaron y otros se desmayaron. Pronto, solo quedó un sapito en la carrera…
Antes de que la persona terminara el cuento, yo me dije, ‘el sapito no escucha lo que dicen los otros’. Y fue esa la razón, precisa, por la cual el sapito ganó la carrera. ¡Nunca escuchó los comentarios negativos!
Ese cuento me recordó un sueño que tuve dos años atrás sobre un concurso que se llamaba “What’s the story.” Un hombre le preguntaba a los participantes, “Cuál es el cuento? Que pasará después?” Los concursantes tenían que decir correctamente el nombre del cuento y que pasaría después para poder ganar el premio. El hombre seguía preguntando, cuál es el cuento… hasta que al final desperté.
Cuando me levanté, busqué la frase y encontré que aparecía en el título de una canción del grupo Británico de los años 70s llamado ‘Oasis.’ ‘What’s the story!’. Una estrofa de la canción dice, “¿Cuál es el cuento…necesitas más tiempo para despertar?”
Como no existe nada insignificativo, y todo esta interrelacionado, sabía que los tres, el cuento, el sueño y la canción, contenían mensajes para todos nosotros. El mensaje en el cuento: seamos sordos a los comentarios que no nos influyen negativamente. El mensaje en el sueño: recordemos que cada uno de nosotros determina el nombre de nuestro cuento y lo que pasará después. Y el mensaje en la canción: es tiempo de despertar para escuchar claramente la palabras divinas que siempre nos alientan.
Por último, corramos la carrera con paciencia; sin cansancio, ni desmayo, enfocándonos en el Señor para renaudar las fuerzas. Y cuando nos digan que no es posible ganar la carrera delante de de nosotros, recordemos que ¡con Dios todo es posible!
(Hebrew 12:1; Galatians 6:9; Isaiah 40:31; Matthew 19:26-NKJV)
